EA se sienta en el diván

Eusko Alkartasuna es historia viva de la política vasca. EA representó en 1986 la escisión del PNV con el primer lehendakari, Carlos Garaikoetxea, a la cabeza; los Gobiernos de coalición con Juan José Ibarretxe; y, más recientemente, el “polo soberanista” con la izquierda abertzale, con la que se coaligó en 2011. La creación de esta confluencia con la antigua HB (ahora Sortu) y otros partidos minoritarios ya generó en su día tensiones (los críticos de Hamaikabat tuvieron una fugaz existencia) y ahora el grado de autonomía de la socialdemocracia independentista vasca, siempre escrupulosamente pacifista, es lo que está en juego de cara al inminente congreso de la formación.

Por un lado, opta a la reelección el actual secretario general, Pello Urizar. Por otro, ha brotado un sector crítico con la edil de Vitoria Iratxe López de Aberasturi y el navarro Maiorga Ramírez como referentes. Los segundos denuncian que el proceso de consolidación de EH Bildu acabará fagocitando a los partidos de la coalición. Vienen a decir que se convertirá en una prolongación de Sortu, cuando precisamente el nacimiento de Bildu-Amaiur-EH Bildu tuvo un gran éxito electoral porque sumó otras sensibilidades al electorado tradicional de la izquierda abertzale. “Estructuras de partido único y discurso único”, ha asegurado este sábado López de Aberasturi sobre la posibilidad de que la coalición pase más al formato de federación de partidos, al modo de como funcionó CiU durante años.

Por el contrario, el líder de EA y candidato a la reelección -así lo ha confirmado este fin de semana- sostiene que EH Bildu “es un compromiso estratégico” y ha denunciado que los críticos “tienen como opción” salir de la confluencia con Sortu, Aralar y Alternatiba. La portavoz del otro sector, en cambio, ha puntualizado que “se hace una apuesta total por una EH Bildu cada vez más fuerte” pero ha indicado que la coalición ha de ser “garante de la pluralidad dentro de ella”.

¿Cuál es la correlación de fuerzas? A los críticos se han sumado históricos exlíderes como Unai Ziarreta o Koldo Amezketa, mientras que Urizar ha comparecido este sábado con Lorena López de Lacalle, Lohitzune Txarola o Mariano Álava. “Un grupo nuevo que adquiere un compromiso claro, demostrar que EA es hoy y será en el futuro un agente político clave para los acuerdos de país”, ha remarcado Urizar, que ha recordado la trayectoria pactista histórica de EA, ya que antes de la coalición EH Bildu gobernó con el PNV o se alió con EE o EuE.

Los críticos, entretanto, han llevado a cabo un proceso participativo interno llamado Alkartasuna 2017 en el que han participado 400 de los 2.500 afiliados. Según López de Aberasturi , la cifra (que no alcanza al 20% de las bases) es positiva ya que hasta ahora la formación no estaba “demasiado empoderada”. Urizar ha respondido que “todas las formaciones tienen el reto de ganar en transparencia y participación pero la dirección de los últimos ocho años ha sido la más transparente y participativa de la historia”.

Las espadas siguen en alto. Ni los unos ni los otros han escatimado en dardos públicamente, incluido un cruce de cartas a los medios de comunicación. EA se sentará en el diván el próximo 3 de junio en San Sebastián.