La Hacienda alavesa también exige a los sindicatos que tributen por su 'caja de resistencia'

La Hacienda alavesa también quiere hacer caja con la 'caja de resistencia' de los sindicatos vascos. Al igual que el fisco vizcaíno logró que el sindicato mayoritario en Euskadi, ELA -el único que utiliza en el País Vasco la caja de resistencia para sostener conflictos de larga duración- tuviera que ponerse al día en sus retenciones tributarias en el IRPF (un 2%) de los años 2014, 2015, 2016 y 2017 por ese concepto, ahora son los responsables de los tributos en Álava los que llaman a la puerta de las centrales por este motivo.

Fuentes autorizadas de la central que lidera Adolfo Txiki Muñoz han confirmado a este periódico que el sindicato ha cumplimentado y enviado ya la información requerida en esta investigación abierta por el fisco alavés. “Nos hemos reunido tanto con los responsables de las haciendas alavesa y guipuzcoana y hemos entregado la documentación reclamada. En breve, lo haremos también con la Hacienda de Navarra”, han revelado las mismas fuentes.

En una carta remitida a las diferentes centrales el pasado 8 de marzo por el jefe del Servicio de Inspección de la Hacienda alavesa, Gonzalo López-Huerta Martínez de Aragón, a la que ha tenido acceso eldiarionorte.es, el fisco alavés solicitaba la “información referida a las cantidades abonadas por es sindicato a los trabajadores o afiliados en concepto de 'Caja de resistencia' , con ocasión de huelga, si tuviera, en los ejercicios 2014 a 2017.

El inspector jefe del fisco en el territorio alavés especifica, además, qué tipo de datos tienen que suministrar los sindicatos en relación a ese concepto: el año en el que se ha realizado el pago, el DNI y el nombre y apellidos del trabajador que se ha beneficiado de esos pagos a cargo de la caja de resistencia de la central y, finalmente la cantidad pagada en el ejercicio. La Hacienda alavesa apunta en la misiva que la información requerida es “únicamente a los trabajadores con domicilio en Araba”. El inspector les daba un plazo máximo de un mes para responder al requerimiento de información. CC OO y UGT, como ya hicieran cuando la Hacienda vizcaína les reclamó la misma información, ya han contestado que en su caso no han realizado pagos a cuenta de la 'caja de resistencia' a sus afiliados. Ambas centrales exigieron entonces a ELA que se pusiera al día con las haciendas vascas.

Aunque al conocerse la información difundida por este periódico, el propio diputado general de Álava, el peneuvista Ramiro González, llegó a asegurar que “en el caso de la Diputación foral de Álava no se habían apreciado elementos que hayan hecho a los técnicos tomar una medida de este tipo”, finalmente su Hacienda ha optado por recorrer el mismo camino que sus homólogos vizcaínos.

Precedente de Bizkaia

La Hacienda vizcaína ya decidió a principios de año investigar la 'caja de resistencia' de los sindicatos en Euskadi para comprobar si las centrales practicaban o no las retenciones en el IRPF (un 2%) debidas a las remuneraciones que perciben los trabajadores en huelga de la caja de resistencia de los sindicatos.

En una decisión sin precedentes en este país, el fisco vizcaíno remitió el pasado 26 de enero una misiva a las centrales, publicada en exclusiva por eldiarionorte.es, en la que se exigía las identidades de los trabajadores que hubieran percibido ese tipo de retribuciones para sostener huelgas, las cantidades abonadas y “las retenciones practicadas, en su caso” por los sindicatos durante los ejercicios 2014, 2015, 2016 y 2017.

De acuerdo con la normativa vigente, siempre que se perciben dos rentas, la retención es del 2%, por lo que ELA -que en un principio discrepó de la interpretación de la hacienda vizcaína y dijo que estaba al corriente de sus pagos tributarios- tuvo que pagar al fisco ese porcentaje de las cantidades que han percibido sus afiliados que han cobrado de la caja de resistencia. Además, el sindicato mayoritario en Euskadi tuvo que sumar a la cantidad principal, los intereses de los últimos cuatro años. Preguntado directamente por el montante de dinero que ELA ha tenido que satisfacer al fisco vizcaíno, el sindicato mayoritario ha guardado silencio y no avanza ninguna cifra.

En el País Vasco hay una central que está especialmente orgullosa de su caja de resistencia,  ELA, la central mayoritaria. Según sus propios datos oficiales, entre 2008 y 2011 hizo una aportación a su caja de resistencia de 13,7 millones de euros (el 15,1% de sus gastos), mientras que en el periodo que va de 2012 a 2016, la cantidad aportada subió a los 19,1 millones (el 16,24%). La importancia que el sindicato mayoritario da a esta herramienta viene de lejos. Ya en 2007, el consejo nacional de la central fijó en 708 euros mensuales la ayuda básica, en 814 euros cuando el 35% de los convocados a una huelga estén afiliados a ELA, y una indemnización extraordinaria del 65% del salario neto con un tope de 1.417 euros.

La Hacienda alavesa ya advirtió a las centrales en 2016 que debían tributar

Aunque el fisco alavés ha ido a rebufo de la investigación y los requerimientos de información realizados por la Hacienda vizcaína, lo cierto es que fue la Hacienda alavesa la que dejó por escrito ya en 2006 que los pagos a cargo e la 'caja de resistencia' eran “rendimientos de trabajo” y el sindicato tenía que tributar por ellos

La Hacienda de Álava, al ser consultada en 2006 por una confederación sindical sobre la consideración fiscal que deberían tener los pagos a los trabajadores a cargo de la 'caja de resistencia' en las huelgas obreras, dejó meridianamente claro el criterio tributario. El sindicato cifraba la consulta para “los 12.000 euros percibidos por cada trabajador con cargo a la caja de resistencia durante las 40 semanas que han permanecido en situación de huelga”.

En una contestación no vinculante emitida por la hacienda foral alavesa el 31 de octubre de 2006, ya se señalaba: “en el caso que nos ocupa, la Confederación sindical abona a los afiliados que se encuentren en situación de huelga un determinado importe que viene a suplir lo que estarían percibiendo en situación laboral normal. Es decir, se trata de trabajadores que pagan cuotas a un sindicato y que por tanto se las deducen de sus rendimientos de trabajo en su declaración por el IRPF. Así pues, y dado que las cantidades percibidas provienen de la caja de resistencia del Sindicato, se considera que las mismas derivan de forma indirecta del trabajo laboral o de una relación laboral o estatutaria del perceptor, debiendo, por lo tanto, ser calificadas dichas rentas como rendimiento de trabajo personal”.

Unos rendimientos, aclaraba Hacienda en la consulta, que “están sujetos a retención calculada conforme a la table de rendimientos de trabajo y en función del importe anual abonado”, según indicaba el artículo 103 de la entones normativa fiscal vigente (decreto foral de 18 de diciembre de 2001). Pese a todo, la iniciativa en este asunto lo ha tenido el fisco vizcaíno. Aunque la diputación siempre lo ha negado, algunas centrales relacionaron esa iniciativa con las huelgas, algunas muy sonadas, que han implicado directamente a la Diputación vizcaína, como la de las trabajadoras de las residencias, que duró 370 días.

Se da la circunstancia de que el principal gasto al que ha debido hacer frente la caja de resistencia de ELA a lo largo de su historia fue precisamente en territorio alavés: el conflicto de la multinacional alemana Pferd Ruggeberg, ubicada en Vitoria (más conocida como Caballito). Fue la huelga más larga de Euskadi y la caja de resistencia tuvo que sostener a casi cien familias durante los dos años y siete días que duró la huelga. Fuentes sindicales aseguraron entonces que la central nacionalista gastó 120.000 para mantener solo un año de ese conflicto.