La Policía Nacional reabrirá previsiblemente “en septiembre”, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno de España, su comisaría del centro de Vitoria, cerrada desde febrero de 2023 para una reforma integral. Los operarios ultiman estos días los traslados de mobiliario y las conexiones informáticas para la principal actividad que tendrán esas dependencias, las oficinas de expedición de DNI y pasaportes, y desde ahora también los NIE de personas extranjeras, según explican estas fuentes. Pasarán por allí unas 83.000 personas cada año.
El cuerpo pasará a ocupar ahora un espacio mucho mayor que el que tenía antes de la reforma en el edificio administrativo que ocupa toda una manzana en Olaguíbel. Después de años de abandono, se ha intervenido en el ala este del complejo, los antiguos juzgados cerrados hace décadas, para dar más espacio y “accesibilidad” a la comisaría de la Policía Nacional. Este lugar se sumará a sus dependencias anteriores, en la parte derecha del cuerpo central del edificio. El resto de la parte central se mantiene como delegación de la Hacienda estatal y la parte oeste es la propia Subdelegación del Gobierno.
En las últimas semanas se ha sustituido ya el viejo rótulo de “Palacio de Justicia” por otro, en letras doradas de “Policía Nacional”, aunque sin tilde. El cuerpo creado en 1986 también ha colocado una banderola azul de los actos del bicentenario de sus cuerpos predecesores -incluidos los no democráticos, como la Policía Armada que intervino en Zaramaga el 3 de marzo de 1976- que conmemoró en 2024. De ese edificio desapareció ya el pasado año el último gran escudo franquista que quedaba en una calle de Vitoria y de Euskadi, aunque hay otros en espacios cerrados como la catedral nueva de la propia capital vasca.
La manzana del Estado en la calle de Olaguíbel fue inaugurada en 1953. Los edificios se levantaron sobre los restos del antiguo convento de San Francisco, derribado un par de décadas antes y del que apenas quedan algunas huellas. Formaba parte de un paquete de 21 nuevos complejos de la misma factura repartidos por toda España, un estilo que se vino en llamar “la nueva planta de Franco” o, más técnicamente, “neoherreriano”. El propio dictador -con su esposa, Carmen Polo, y ministros de su Gobierno- participó en la inauguración, que incluyó una parada militar, “chistularis” y loas al partido parafascista, la Falange. La ciudad, que se echó a la calle, se engalanó con banderas de España, de la Falange y del Vaticano, ya que la visita incluyó también una parada en la nueva catedral, donde se emplaza el otro emblema.
Desde hace dos años y medios, la Policía Nacional había trasladado temporalmente sus oficinas de DNI y pasaportes al complejo de Betoño, a las afueras de la ciudad. Allí han florecido negocios de fotografía y fotocopias. A partir de septiembre, ese gran recinto se mantendrá como la base de las unidades operativas del cuerpo y de su parque móvil, pero enviará también al centro la tramitación de los NIE, que son uno de cada ocho documentos expedidos en este momento. En Euskadi, las competencias de este cuerpo son limitadas por ser la Ertzaintza la Policía “integral” y abarcan, además de lo relativo a los documentos oficiales, materias como extranjería o investigaciones de ámbito superior al autonómico, tales como explotación sexual, narcotráfico, crimen organizado o terrorismo.
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