Feijóo se resiste a rebajar el número de alumnos por aula y asegura que el peligro está en los recreos

Una de las reclamaciones más perennes del presidente de la Xunta al Gobierno central es la creación de un protocolo igual para todas las comunidades en materia de educación. Tras la primera reunión de las autonomías con el Ministerio de Educación para tratar en conjunto el inicio del próximo curso, Galicia ha pedido revisar las recomendaciones del número máximo de alumnos por aula. La Xunta cree que el peligro de contagio no está en las clases, sino en el tiempo de ocio, fuera de las aulas.

El presidente del Gobierno gallego, sobre el que recaen las competencias en educación, afirmó este viernes que “hay bastante más riesgo en los recreos que en las clases”. “No pensemos que vamos a solucionarlo todo si no somos capaces de convencer a los alumnos de la distancia física y, en su defecto, de la máscara. Lo importantísimo es lo que pase en los centros de ocio, tanto dentro como fuera. Ahí está la clave del próximo curso educativo”, consideró. Las pautas del Ministerio de Educación establecen precisamente que se mantenga una distancia de 1,5 metros en a partir del cuarto curso de Primaria y sugiere un límite de 20 niños y niñas -idealmente 15- hasta ese nivel.

El planteamiento inicial del Ministerio de Educación para la vuelta al colegio el próximo curso cuenta con el acuerdo de casi todas las comunidades, excepto Euskadi y Madrid. Galicia está dentro, pero entre los reparos de la Xunta está la resistencia a reducir el número de alumnos por aula. Esgrime la Consellería de Educación que esto “rompe” los grupos ya establecidos y que los cambios precisos para llevarlo a cabo -tanto en número de profesores como en adaptación de centros- “no se podrían cubrir con los fondos anunciados por el Ministerio”. Al tiempo, el presidente de la Xunta afirma que Galicia es la comunidad con la ratio más alta de profesores por alumnado.

El departamento se refiere a parte de los 16.000 millones extra que el Gobierno central transferirá a las comunidades por los gastos que han afrontado durante la pandemia. De ellos, unos 2.000 estarán destinados a Educación. Esta división de los fondos por áreas del Gobierno central no convence a Alberto Núñez Feijóo, que el pasado domingo, mencionando el cambio sobre el reparto para incluir a la educación, pidió libertad para dedicarlos a lo que el Gobierno gallego considerase. “Lo que pretendemos es que nos dejen tomar la decisión, que somos mayores de edad, de para qué programas destinamos los fondos”, repitió hoy en la rueda de prensa del Consello.

En esta reunión de Gobierno, la Xunta aprobó el gasto de 51 millones para obras en los centros educativos que se llevarán a cabo durante este verano en su mayoría. De ellas, no señaló ninguna que se destinase a adaptar los centros para las medidas de seguridad e higiene que se tomen el curso que viene. A preguntas de los medios, afirmó que “hay determinadas obras que si se pueden hacer, se harán”. “Otras son imposibles de realizar porque no se pueden hacer obras, como colegios en medio de las ciudades o porque ocupan el 100% del solar o colegios que están en zonas marítimo-terrestres y no se puede hacer por razones urbanísticas. Ahora bien, todo lo que podamos activar, pequeñas obras y mucha señalización, vamos a hacerlo”, aseguró.

Para el jefe del Gobierno gallego, el punto de partida del Ministerio de Educación para trasladar a las comunidades, que tienen las competencias en esta materia, no pasa de ser un “documento genérico, sin concreciones” que, a su parecer, no se le puede ni llamar propuesta. Sigue apostando por un “protocolo único” que ofrezca “equidad” a todo el alumnado del Estado, pero ahora quiere también que “deje a las autonomías libertad”. Su compañera de partido en Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apuró ayer para desmarcarse del acuerdo con las comunidades.