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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Columnas de salvación

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El director de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Juan José Olalla, ha afirmado que en los próximos años los desfibriladores serán “un dispositivo habitual” en las empresas y en los lugares públicos para “salvar muchas vidas” y evitar así la muerte súbita.

Según el especialista, la Sociedad Europea de Arritmias considera el desfibrilador “muy efectivo”, como muestra su proliferación en Inglaterra y en los países escandinavos, al contrario de lo que ocurre en los mediterráneos. Recordó que esta asociación está pendiente de la aplicación de las normas legales para que estos dispositivos se generalicen y “acaben imponiéndose”.

El director de la Unidad de Arritmias de Valdecilla aseguró que se trata de dispositivos pequeños, con precios que oscilan entre los 900 y 1.200 euros, y cuya utilización es “simple”. Entre otras ventajas, Olalla destacó que “la mala utilización no supone ningún riesgo para el paciente”, ya que el aparato reconoce si el paciente tiene una arritmia curable o solucionable. Añadió que los desfibriladores “forman parte del progreso” y apuntó que la idea es ampliar su uso al “público general”, sin limitarlo al personal paramédico.

Olalla señaló que la incidencia de la muerte súbita en las sociedades occidentales es “enorme” y destacó que en Estados Unidos fallecen por esta causa unas 450.000 personas al año, mientras que en España el número estimado es de 40.000, una cifra que supera a las víctimas anuales por ictus, cáncer de mama y de pulmón.