El trabajo con el agresor es la clave para acabar con el 'bullying': “Los acosadores no surgen de la nada”

Europa Press

26 de octubre de 2025 11:02 h

0

La directora del Máster Universitario en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Dyanne Ruiz, ha apuntado al trabajo con el agresor como clave para atajar el bullying, indicando que “los acosadores no surgen de la nada”.

Ruiz afirma que “por supuesto” que el acoso escolar “se puede prevenir”. De hecho, lo ha considerado algo “fundamental, centrándose en una mirada más global donde actúe toda la comunidad educativa”.

Con respecto al trabajo con el acosador, ha indicado que “la implicación de las familias va a ser decisiva porque tenemos que encontrar cómo se han empezado a generar estos patrones de comportamiento violento”.

“La clave está en crear una cultura de convivencia y de cuidado dentro del centro”, ha dicho y, para eso, es necesario actuar ante “la primera señal” sin que se llegue a “cronificar” la situación y antes, incluso, de que pueda hablarse de que hay un acoso.

Para eso, es crucial el trabajo de los profesores, porque son “el pilar del sistema preventivo, ya que tienen ese contacto directo con el alumnado”.

“Ayudan a detectar esas primeras señales de acoso; miradas, burlas, cambios en el comportamiento, en el ánimo, que no siempre son indicios de acoso, pero siempre alertan de que ocurre algo que necesita atención”, ha relatado.

El enfoque, ha subrayado, debe ser integral. “Se debe trabajar con los acosadores, porque a veces también han sufrido este tipo de violencia o, por miedo justamente a ser víctimas, pueden llegar a tener este comportamiento”, ha explicado.

También ha apuntado a que “cuando se ha aprendido un comportamiento violento en el hogar lo que vas a hacer es replicarlo o hacer esa gestión emocional de una manera negativa, acosando a otro, generando violencia”.

El trabajo que se realiza en casos así, ha afirmado, está basado “en las prácticas restaurativas y el desarrollo de competencias socioemocionales”.

Los protocolos de actuación, ha subrayado, deben activarse “cuando se ve alguna señal o alguna alerta, para ver qué ha pasado”.

Y es que “siempre hay señales”, aunque ha reconocido que, ahora, “las redes sociales han jugado un papel negativo, porque se puede extender las 24 horas y eso hace que la víctima ya no tenga un espacio seguro”.

Las prácticas restaurativas van más allá de castigar al agresor, implican “generar nuevos patrones donde restaures ese comportamiento” y, también, “generar el sentido de comunidad; que podemos trabajar juntos bajo el respeto”.

“Desde los entornos educativos lo estamos trabajando con círculos restaurativos en los que se pone en común la situación”, ha explicado apuntando a la figura del líder positivo.

Así, a los alumnos que agreden “se les invita a que realicen actividades más lúdicas en las que se trabaje por qué esto no está correcto”.

Son, ha indicado, “acciones muy bonitas en las que a los acosadores se les convierte en líderes positivos”.

Es otro tipo de herramienta “para que entiendan que lo que han hecho no está correcto, que hay otras formas en que puedes trabajar con tu comunidad”.