El deseo del Gobierno de La Rioja de que la trashumancia sea declarada Bien de Interés Cultural sigue dando pasos tras la oficialización que supone que la petición fuera publicada por el Boletín Oficial de España (BOE). Desde la Dirección General de Cultura se propone la incoación del expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural de Carácter Inmaterial de La Trashumancia en La Rioja.
Argumenta que la trashumancia es una actividad que ha marcado el ritmo, las formas de vida y el paisaje de amplios espacios en la cuenca mediterránea. Una práctica ganadera singular, que ha dado origen a saberes y tradiciones característicos condicionados por el peculiar modo de manejo ganadero que representa.
Es una actividad que se ha desarrollado ampliamente en Francia, Italia, Portugal, Rumanía, Grecia y España con un modelo bastante similar. La Rioja no ha sido ajena a este proceso, más bien todo lo contrario. En esta comunidad, la trashumancia ha tenido una notable presencia a lo largo de la historia, especialmente en las zonas serranas.
Una tradición secular que ha marcado la identidad del territorio y que, si bien en la actualidad se ha convertido en una práctica minoritaria, se mantiene presente en el recuerdo de muchos de sus habitantes, explica el Ejecutivo de Gonzalo Capellán.
Hoy en día, añade, sigue siendo reconocida por la población local como “uno de los elementos de referencia fundamentales, especialmente en la zona de Cameros y altos valles del Najerilla y Oja”. Así, la identificación de la población con la actividad supera los niveles en los que en la actualidad se encuentra su práctica y continúa siendo un referente identitario y cultural de primer orden.
De hecho, indica el Gobierno riojano, son numerosas las iniciativas que se abordan en el territorio para que no se olvide y poder salvaguardar la memoria de esta actividad. La Dirección General de Cultura relata que, más allá que una mera actividad sectorial, podemos considerar que la trashumancia es un auténtico hecho de cultura, de civilización.
Y es que “sus modelos económicos y sociales, culturales y religiosos, urbanísticos y arquitectónicos, éticos y jurídicos, de usos y costumbres, de mentalidad, de gustos, etcétera son típicos de una civilización marcada por la larga influencia del pastoreo trashumante”.
“Lo singular de esta forma de vida y su largo desarrollo histórico, nos enfrenta ante una actividad que nos ha legado un rico patrimonio material e inmaterial, todavía vivo”, resalta.
Medidas de protección
Para el Gobierno riojano es destacable que la trashumancia forma parte de la memoria colectiva de buena parte de la región, que se esfuerza en mantener vivo su testimonio y trasmitirlo a las futuras generaciones a pesar de ser una práctica ganadera minoritaria en la actualidad.
Los siglos de desarrollo de la misma han generado una profunda vinculación de los habitantes con la cultura pastoril trashumante, con sus diferentes elementos individuales y con el patrimonio material vinculado. Es un patrimonio ampliamente interiorizado y es compartido por los habitantes de amplios territorios de La Rioja, en especial en su mitad sur.
La declaración de Bien de Interés Cultural de este patrimonio permitiría, argumenta, abordar, desde el ámbito regional y de una manera eficiente, el impulso de medidas de conservación y salvaguarda. De esta manera, se podrá garantizar su permanencia en el futuro, al tiempo que reconocer y valorizar a las comunidades portadoras que trabajan por la preservación de su realidad y su memoria.
Como corresponde a un Bien Cultural de Carácter Inmaterial, la protección del Patrimonio Cultural que supone la Trashumancia en La Rioja se concreta, principalmente, en las labores de investigación, descripción y divulgación de todo tipo, dirigidas siempre a la conservación documental y a la transmisión intergeneracional, incluyendo el fomento y aprecio de los valores que esta realidad cultural entraña.
En este sentido, señala, las Administraciones Públicas velarán por la conservación de la autenticidad de este patrimonio, así como trabajarán en el fomento del estudio y la proyección del mismo, de cara a asegurar la mayor difusión y su mejor conocimiento entre las generaciones presentes y futuras.