El pintor del cuadro habla de la cara que vigila la negociación de las tres derechas: “No es nadie. Podría haber sido un perro”

En el primer posado de las tres derechas en la Comunidad de Madrid para desbloquear la investidura se coló este martes una enigmática figura: junto a la sonrisa de casi presidenta de Isabel Díaz Ayuso, el rostro congelado de su socio y portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, convocante de una reunión que no arregló nada y la cara de circunstancias de Rocio Monasterio, la dirigente de Vox que mantiene en el limbo el Gobierno regional, asomó la cara de una mujer que levita entre un paisaje de nubes y claros.

El cuadro del fondo en la Asamblea de Madrid pasó a formar parte del mensaje y alimentó las metáforas de las redes sociales: por detrás un cuarto personaje vigilaba los tratos de la extrema derecha con Ciudadanos y Vox en la Asamblea de Madrid.

Se trata de un cuadro de Ginés Liébana, poeta y pintor del conocido como grupo Cántico de Córdoba que el parlamento regional compró en 1998. El artista, nacido en 1921, recibe a eldiario.es en su domicilio-taller de Madrid, sorprendido de que su cuadro haya revivido 20 años después de llegar a la institución. Liébana asegura que la cara, que ha alimentado el misterio de las últimas horas en la Asamblea regional, no es la de nadie en especial: “No es nadie. Es una fantasía de arte. Podría haber sido la cara de un perro”.

Sentado en el salón de su casa, Liébana, medalla de oro al mérito de las Bellas Artes 2005, se sorprende de que las redes sociales se hayan fijado en su obra. “Por mi trabajo no puedo ocuparme de todo”, se excusa y evita opinar sobre la foto y el cuadro general que ha compuesto, con las tres derechas delante. Él sigue en activo y pintando “más que nunca”, a sus 98 años.

La pintura que ha hecho fortuna en Twitter se llama 'Paisaje de la imaginación recobrada' fue adquirida para colgar sobre las paredes de la nueva sede de la Asamblea en Vallecas. Costó 1.750.000 pesetas de la época, unos 10.500 euros.

El artista explica que el paisaje de colinas sobre el que levita el rostro tampoco existe, sino que es producto de su imaginación. “Me gusta mucho lo imaginativo, lo loco”, cuenta Liébana, que evita entrar en cualquier polémica. “Yo no tengo vocación de contemporáneo”, asegura. “Todo lo que yo he hecho es vanguardista, lo más vanguardista que existe”.

Según recuerda, el cuadro que ahora circula por las redes sociales tuvo muchos cambios y la parte de abajo, afirma, ni siquiera está terminada. Ahora es el fondo de una obra nueva: el retrato al natural de las tres derechas en Madrid.