El sábado era el primer día en el que el Ayuntamiento de Madrid cortaba calles al tráfico para ampliar los espacios disponibles para los peatones y que los viandantes pudieran moverse guardando la distancia de seguridad. En Chamberí había cuatro calles peatonalizadas de 8.00 a 22.00 horas: Castellana (de Colón a Castelar), Santander, Fuencarral (de Bilbao a Quevedo) y Bravo Murillo (de Cea Bermúdez a Ríos Rosas).
Sin embargo, la prohibición a los coches de bajar por Bravo Murillo y el corte de Fuencarral, unido al escaso tráfico que registra la ciudad estos días, facilitó que los peatones tomaran también el tramo de esta primera calle que va de la glorieta de Quevedo hasta el cruce con Cea Bermúdez, como cuenta Édgar González, vecino de la calle, que grabó este insólito momento en un vídeo:
“A la hora del paseo los vecinos a la brava han ocupado toda la calle”, explica a Somos Chamberí, que vio la escena desde su balcón con vistas a la colonia de San Cristóbal. Cinco carriles de un solo sentido en un barrio muy populoso y con escasas zonas verdes. “Ha habido varios momentos de caos, porque los coches no sabían si girar o no por la cantidad de gente”, relata este vecino, que también publicó el vídeo en Facebook.
La invasión peatonal llega en un momento en el que se está redefiniendo el futuro de la ciudad y el reparto del espacio público. Partidos como Más Madrid han reclamado ampliar el espacio de Bravo Murillo para albergar carriles bici y aceras más anchas. Mientras, el Ayuntamiento habilitará plazas de aparcamiento para ampliar terrazas de hostelería durante la desescalada.