La nueva Gran Vía tendrá más árboles, aceras más amplias y un carril bici segregado

El debate sobre el Estado de la Ciudad ha servido a la alcaldesa de Madrid para detallar uno de sus proyectos estrella de esta legislatura: la ampliación de aceras de la Gran Vía. Manuela Carmena ha explicado que el proyecto está listo para su licitación y que incluirá, como mayor novedad, un carril bici segregado desde Plaza España hasta Callao.

La nueva Gran Vía tendrá un carril por sentido para el tráfico privado y un carril bus. A ellos se les unirá el citado carril bici en el tramo señalado. En el resto de sentidos los ciclistas circularán por el carril para los coches, que tendrá la consideración de ciclocarril y, por lo tanto,  su velocidad estará limitada a 30 km/h.

En la práctica, el proyecto plantea que uno de los carriles actualmente dedicados al tráfico se convierta en acera para los peatones, siguiendo el trazado que se planteó de forma provisional durante las pasadas navidades. Entonces, la reordenación de los carriles hizo disminuir el tráfico un 50% en toda la zona centro.

Las obras comenzarán en enero de 2018, para evitar colapsar la zona a final de año, y tendrán una duración de 8 meses. El verde estará muy presente en esta remodelación, ya que la alcaldesa ha señalado que su intención es la de “potenciar la vegetación”.

Carmena también ha anunciado la reforma de seis plazas del entorno de Gran Vía que Somos Malasaña adelantó en marzo. Se actuará  sobre los Mostenses, Santa María Soledad Torres Acosta (plaza Luna), Pedro Zerolo (antigua Vázquez de Mella), San Martín (las Descalzas), el Carmen y Santo Domingo. Todas tienen el común denominador de albergar un párking en su subsuelo.

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