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Desde hace algo más de dos meses, los graffitis del barrio están siendo atacados. Poco a poco las caras de más y más de estos dibujos están apareciendo cubiertas por 'spray' negro. Es curioso observar cómo quien o quienes sean que estén detrás de estas acciones sólo actúan sobre los rostros de los dibujos y sobre dibujos con rostro. Es quizá el único parámetro de actuación apreciable por el que se rige el 'destructor' de imágenes.
Da igual dónde se haya realizado el graffiti o si éste ha sido autorizado o no, o incluso pagado; si tiene cara es susceptible de ataque. Ni tan sólo graffitis tan emblemáticos como el que llevaba años atrayendo elogios y miradas en la calle Ballesta, cerca de su confluencia con Desengaño, se ha librado.
Como ejemplo ilustrativo de lo que decimos, en la fotografía que acompaña a este texto se pueden ver dos obras afectadas. Son graffitis firmados por el colectivo Boa Mistura en garajes del barrio. Hay muchos más ejemplos. Malasaña está llena de caras tachadas.