Multas y trabajos de limpieza para los dueños de perros que no recojan sus cacas

“Una enorme campaña de multas”. Es lo que espera a los propietarios de los perros que los paseen y luego no recojan del suelo sus excrementos. Así lo indicó este lunes la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante un desayuno informativo en el que habló de la limpieza en la capital.

Carmena cree que las multas dejarán “sorprendidos” a los infractores, “porque la ordenanza es muy dura”. La regidora se refería a las sanciones de hasta 1500 euros previstas en la legislación municipal para los desaprensivos que dejen a la intemperie los excrementos de su can. Esta ordenanza fue aprobada en 2008 por Gallardón con polémica, ya que elevaba notablemente el montante sancionador para unas multas que hasta ese momento era de 90 euros como máximo.

Tal vez por esta razón -lo abultado de la multa- el Ayuntamiento va a permitir la condonación de la multa por trabajos sustitutivos. “Tenemos previsto un protocolo de sustitución de las multas por trabajos de limpieza”, anunció Carmena. Según esto, se podría llegar ver a vecinos que nunca recogen los excrementos de sus perros barriéndolos con sus propias manos en el Dos de Mayo junto a latas y otros desperdicios.

La campaña se pondrá en marcha en los próximos días, comenzando por dos de los distritos de la capital con más problemas en este sentido, que Carmena rehusó citar. Hace unos años el Ayuntamiento cifró en dos millones de cacas la cantidad de excrementos caninos que los servicios municipales recogían de las calles cada año en Madrid. Actualmente no hay datos.

Malasaña, zona perruna

Malasaña, zona perruna

La convivencia de vecinos sin y con perros tiene momentos difíciles en Malasaña. Por un lado, los que poseen mascotas reclaman espacios para poder pasear con ellos y que defequen en lugares habilitados. Ocurrió durante la presentación del nuevo proyecto para los Jardines del Arquitecto Ribera, por ejemplo. En respuesta, el jefe de los arquitectos municipales, José Luis Infanzón, explicó que no era “responsable” mantener un perro en casa viviendo en el centro de Madrid, por considerar que el tamaño de los pisos y la estructura de las calles no eran adecuadas para el bienestar del animal.

En el otro lado están los vecinos que no tienen perro y se quejan de los excrementos y de la poca atención que tienen con sus canes algunos dueños. En la plaza del Dos de Mayo son constantes los conflictos entre los que pasean a sus perros y los que pasean por allí con niños, que a veces sufren agresiones o golpes motivados por perros descontrolados. Otras calles cercanas como Daoíz o Galería de Robles albergan constantemente cacas de perro. En esta última un vecino instaló hasta una cámara para intentar cazar a los desaprensivos.

Las cacas de perro han sido protagonistas en varias ocasiones de acciones artísticas de diversos colectivos que han intentado llamar la atención sobre este problema. Luz Interruptus depositó un abundante número de bolsas iluminadas con cacas de perro ficticias en la Plaza de las Comendadoras. El colectivo Decoupage, por su parte, recogía con su cámara imágenes disfrazadas de cacas dejadas por los vecinos, en una acción de guerrilla art muy vistosa.