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Confirmado: los jóvenes cada vez conducen menos y tienen menos interés en el coche

Hubo una época en que los jóvenes que se acercaban a los 18 años de edad miraban ansiosos el calendario para poder examinarse del carné de conducir. Todavía hoy algunos sienten el anhelo de libertad y autonomía personal que proporciona un coche igual que lo experimentaron aquellos, pero está cada vez más claro que las preferencias de ese grupo de edad han ido cambiando con el paso del tiempo y las generaciones.

Lo que todos percibimos sin necesidad de un análisis minucioso lo ha puesto negro sobre blanco un estudio realizado por el diario The Washington Post del que se hace eco la web de la patronal española de concesionarios, Faconauto. Aunque los datos se refieren específicamente a la juventud estadounidense, pueden extrapolarse a la gran mayoría de los países occidentales, toda vez que coinciden en lo sustancial con otros trabajos realizados, por ejemplo, en el continente europeo y también en nuestro país.

El periódico establece que los miembros de la Generación Z, que abarca a todas aquellas personas nacidas entre 1996 y 2012, ya no tienen como meta obtener el permiso de conducir. En consecuencia, los jóvenes estadounidenses de hoy conducen menos que cualesquiera de los de generaciones anteriores. El fenómeno puede atribuirse a una gran variedad de motivos y supone, como es obvio, un notable reto para los fabricantes de automóviles.

Por ir concretando, el 43% de los adolescentes de 16 años que residían en Estados Unidos en 1997 eran poseedores del carné de conducir –allí es legal obtenerlo a esa edad, bajo la supervisión de los padres-, y también lo tenía el 62% de los chavales de 17 años. En 2020, esos porcentajes se habían contraído nada menos que hasta el 25% y el 45%, respectivamente.

La tendencia, aunque matizada, se repite también para aquellos aquellos jóvenes que han entrado en la veintena: en 1997, el 90% de quienes tenían 20 y 25 años estaban en posesión del permiso de conducir, mientras que en 2020 esta cifra se redujo al 80%.

En nuestro país, los registros de la Dirección General de Tráfico indican que, en 2007, el número de jóvenes con carné ascendía a 325.114, en el tramo de 18 a 20 años, y a 146.701 en el comprendido entre 21 y 24 años, lo que suponía un total de 471.815 personas. En 2020, ambas franjas de edad habían descendido respectivamente hasta los 200.592 y 71.621 (272.213 en total) titulares del permiso.

Un estudio de la firma de movilidad compartida Uber señala, por su parte, que en 2021 el porcentaje de carnés en la Generación Z española era del 58%, cifra que ascendía al 74% entre los millenials (los nacidos entre 1985 y 1995), al 78% entre la Generación X (de 1965 a 1985) y al 81% en el caso de los baby boomers, esto es, los nacidos entre 1946 y 1964.

Variedad de motivos para no conducir

Los jóvenes consultados por The Washington Post apuntan a diversas razones por las que relegan el hecho de obtener el permiso de conducir. Algunos de ellos señalan que les produce ansiedad o miedo, y otros se sienten atemorizados ante la posibilidad de verse involucrados en un accidente. Este conjunto de motivos quedarían englobados en un síndrome conocido técnicamente como amaxofobia.

La Generación Z también menciona el alto coste que supone comprar y mantener un coche, además del impacto sobre el medio ambiente que supone tener un vehículo privado en propiedad. A estos motivos hay que sumar las numerosas opciones de movilidad que cada vez están más presentes en las ciudades del mundo occidental. En las grandes urbes estadounidenses o europeas, acceder a bicicletas o patinetes eléctricos, así como a servicios de taxi o VTC, es una alternativa sencilla y relativamente asequible.

Según la encuesta de Uber, seis de cada 10 personas que carecen del carné de conducir, y concretamente el 69% de los millennials, justifican que no quieren sacárselo porque disponen de otras alternativas viables para desplazarse por su ciudad.

Por último, para realizar trayectos largos por carretera, los jóvenes del estudio estadounidense se sienten convenientemente servidos con la posibilidad de compartir coche a través de diversas plataformas.