Nos hemos despertado a las seis (¡otra vez!). Hemos desayunado como todos los días, pero esta vez ha habido algo diferente: la madre de todos los cruasanes se ha manifestado en nuestros platos. ¡Era enorme!
Posteriormente hemos iniciado la etapa en Sarria hasta Portomarín (23 kilómetros). Una característica de esta ruta ha sido la innombrable cantidad de cuestas que ha habido. La otra ha sido que hemos batido el récord de todos los FloriCaminos... ¡En 5 segundos!
Nos hemos duchado antes de comer. La comida se puede calificar con un 8,5 sobre 10, pero las vistas al embalse del Miño desde el mirador (que así se llama el restaurante) eran de matrícula de honor.
Por la tarde, el ayuntamiento nos ha dejado las llaves de la Casa de la Cultura y hemos estado trabajando un par de horas, sobre todo en las fichas de Ciencias Naturales que nos ha preparado la profesora Yolanda. Al terminar, hemos firmado todos una carta de agradecimiento por cedernos el local.
Después hemos dado un paseo por el pueblo en el que hemos visto una iglesia-fortaleza de estilo románico y nos hemos hecho unas cuantas fotos de grupo. A continuación... ¡Tiempo libre!
Cena: 10 sobre 10. Al albergue, a lavarnos los dientes y a dormir.
Ha sido un día cansado, pero lleno de experiencias. Buenas noches.