Según manifestó el padre, cuando salió del vehículo, éste se cerró automáticamente quedando en su interior el bebé.
La Policía Municipal ha explicado que, transcurrido un tiempo prudencial y viendo que no quedaba otra solución, los policías tuvieron que romper una luna pequeña de la puerta trasera, con la autorización del propietario, y tomando las debidas precauciones para no lesionar al bebé.