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Sin paz no hay desarrollo

Consuelo López-Zuriaga, directora de Oxfam México

Los hechos ocurridoshechos ocurridos el 26 de septiembre en Ayotzinapa, Guerrero, son el episodio más reciente de la violación a los derechos humanos que padece México. Es por eso que, el asesinato de seis personas -tres de ellas estudiantes-, los 20 lesionados –uno de ellos con muerte cerebral- y el detenimiento y desaparición de manera forzosa de 43 jóvenes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, deben ser comprendidos al día de hoy como inaceptables vulneraciones de los derechos humanos por parte de la comunidad internacional.

Los ataques posteriores de la policía y de un grupo armado de civiles contra estudiantes, así como las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada -incluyendo la tortura, y muerte de uno de dichos estudiantes- y la ausencia de un protocolo efectivo de búsqueda de los desaparecidos, son actos recurrentes y no pueden considerarse un hecho aislado, sino como un acontecimiento que forma parte del día a día para las nuevas generaciones de este país.

Agentes del Estado no sólo privaron de la vida y torturaron a sus víctimas, sino que tras la desaparición forzosa de 43 de los estudiantes, las autoridades se han esforzado para evadir su responsabilidad de esclarecer los hechos y castigar a los responsables y ocultan el paradero de los desaparecidos buscando en fosas sus cuerpos, cuando lo que sus familiares y compañeros buscan es encontrarlos a todos con vida.

El uso desproporcionado de la fuerza del Estado en los grupos paramilitares ha quedado en evidencia tras estos crímenes. Tan sólo en los últimos dos años se ha asesinado a 4,397 personas. Lamentablemente, hasta este momento el país no cuenta con una política de seguridad ciudadana integral, al mismo tiempo que se ha agudizado la criminalización y persecución de defensores de derechos humanos, periodistas y líderes sociales.

Como miembros de la sociedad civilsociedad civil no podemos permitir que los crímenes cometidos queden impunes y exigimos a las autoridades y al gobierno de México que los 43 desaparecidos sean devueltos con vida y se reparen los daños ocasionados a las víctimas y a sus familias. No podemos dejar que esto se repita jamás.

Desde Oxfam México sumamos nuestra voz en solidaridad con las víctimas, sus familias y sus compañeros y expresamos nuestra preocupación ante el aumento del nivel de violencia en este contexto de creciente impunidad, al que nos enfrentamos diariamente las organizaciones de sociedad civil en este país. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional, para realizar el próximo 22 de octubre una acción global, con un acto central en la Ciudad de México y exigir como sociedad que frene esta barbarie.

Los hechos ocurridoshechos ocurridos el 26 de septiembre en Ayotzinapa, Guerrero, son el episodio más reciente de la violación a los derechos humanos que padece México. Es por eso que, el asesinato de seis personas -tres de ellas estudiantes-, los 20 lesionados –uno de ellos con muerte cerebral- y el detenimiento y desaparición de manera forzosa de 43 jóvenes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, deben ser comprendidos al día de hoy como inaceptables vulneraciones de los derechos humanos por parte de la comunidad internacional.

Los ataques posteriores de la policía y de un grupo armado de civiles contra estudiantes, así como las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada -incluyendo la tortura, y muerte de uno de dichos estudiantes- y la ausencia de un protocolo efectivo de búsqueda de los desaparecidos, son actos recurrentes y no pueden considerarse un hecho aislado, sino como un acontecimiento que forma parte del día a día para las nuevas generaciones de este país.