El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha acusado hoy a la CUP de practicar una “falsa desobediencia” frente al Estado y ha denunciado que la “controversia” generada por los anticapitalistas al cuestionar el papel de los Mossos d'Esquadra supone un “autogol” para el soberanismo.
En declaraciones a El Punt Avui, Mas se ha referido al malestar que generó en la CUP la detención del pasado viernes de la alcaldesa de Berga (Barcelona), Montse Venturós, a manos de los Mossos.
Según Mas, la CUP promueve más “una cierta gesticulación que una desobediencia real”, porque al fin y al cabo Venturós acabó declarando ante el juez.
“La desobediencia sería no ir a declarar, esto es desobedecer, pero si acabas yendo ya no has desobedecido”, ha argumentado Mas, que ha recordado que quienes sí están “a punto de ir a juicio por un delito de desobediencia”, por haber organizado la consulta soberanista del 9N de 2014, son Francesc Homs, Irene Rigau, Joana Ortega y él mismo.
Mas ha considerado “insólito, extravagante e inaceptable desde todos los puntos de vista que un cargo electo municipal”, en este caso Venturós, “tenga que ir a declarar” por haber colgado la bandera estelada en el balcón del Ayuntamiento de Berga.
Pero ha advertido a la CUP de que el “adversario” del soberanismo “es el Estado”, por lo que cuestionar el papel de los Mossos por cumplir la orden judicial de detener a Venturós representa un “autogol en toda regla, absolutamente improductivo”.
Según Mas, en Madrid “se frotan las manos” con las tensiones entre el Govern y la CUP, lo que a su juicio demuestra que la de los anticapitalistas “es una estrategia que no lleva a ninguna parte más que a fortalecer las posiciones del Estado español, que acaban contentos y satisfechos por estas peleas internas provocadas por gente de aquí”.