Las presidentas de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y Brasil, Dilma Rousseff, quieren “promover un diálogo” para superar la crisis entre Colombia y Venezuela, con una visita de sus cancilleres a Bogotá y Caracas, informó hoy la Cancillería colombiana.
En un comunicado, la Cancillería indica que la ministra colombiana de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, recibió hoy viernes a sus colegas de Brasil, Mauro Vieira, y de Argentina, Héctor Timerman.
Los ministros llegaron al país para “conocer más de cerca la situación en la frontera entre Colombia y Venezuela y expresar su disposición para promover un diálogo entre estos dos países”, agrega la información, que indica que los cancilleres pretenden “contribuir con la solución a los problemas humanitarios y económicos” en la zona limítrofe.
Vieira y Timerman confirmaron que se trasladarán a Caracas “con los mismos fines que tuvieron para visitar” a Holguín.
“Los ministros Vieira y Timerman buscan promover y profundizar el diálogo entre las partes dada la importancia que asignan a la unidad de la región y a la solución pacífica y negociada de las diferencias”, agregó el comunicado.
El Ministerio de Exteriores de Colombia confirmó, además, que Vieira le hizo entrega a Holguín de una carta de Rousseff para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
Argentina y Brasil forman parte de los once países que el pasado lunes se abstuvieron de apoyar la petición de Bogotá de convocar a los cancilleres de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) para analizar la crisis en la frontera colombo-venezolana.
Desde hace dos semanas, el principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela permanece cerrado por decreto del Gobierno de Bogotá firmado por el presidente de ese país, Nicolás Maduro, para combatir el contrabando y el paramilitarismo en esa zona, según señala.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), 15.175 colombianos han regresado por su cuenta a Colombia procedentes de Venezuela desde que comenzó la crisis fronteriza, a los que se suman al menos 1.355 deportados.