El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha advertido hoy a los sindicatos de que “cometerían un gravísimo error” si se “dedicasen a acompañar” las reivindicaciones independentistas con la convocatoria de una huelga general tras el 1 de octubre.
Los sindicatos CGT, IAC, Intersindical CSC y COS, que tienen en su conjunto unos 2.300 delegados en Cataluña, ya han convocado una huelga general el próximo 3 de octubre para “luchar contra la represión y por las libertades”.
En declaraciones a Ràdio 4, Iceta ha subrayado que los sindicatos han tenido en otros momentos más motivos para convocar una huelga general en defensa de los derechos laborales de los trabajadores y ha destacado que, “afortunadamente”, CCOO y UGT “ya han dicho que no” son partidarios de convocar un paro tras el 1-O.
Iceta ha dicho desconocer cuáles son los planes del Govern de Carles Puigdemont a partir del 1 de octubre, aunque ya ha advertido de que impulsar una declaración unilateral de independencia sería “un disparate terrible” que “pondría en riesgo las instituciones y autogobierno” y “rompería Cataluña”.
Según Iceta, los independentistas “no tienen derecho” de “violentar las normas” con una declaración unilateral, por lo que los diputados del PSC no participarían en una eventual votación de este tipo en el Parlament.
Iceta ha subrayado que la jornada del domingo no será un referéndum “con garantías” como querían los independentistas, sino una “gran movilización” que puede ser utilizada por Puigdemont como “palanca” para proclamar la independencia.
Sobre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha comentado que resulta “un poco pintoresco” que en una cita como la del 1-O, que pretende servir para “contar” cuánta gente está a favor o en contra de la independencia, ella dude entre el voto nulo o en blanco.
En declaraciones a La 1, Iceta ha alertado a Colau de que debe ir “con mucho cuidado” porque puede participar en una movilización “pensando que va contra el PP” y luego “encontrarse con una declaración unilateral de independencia”, por lo que se haría en parte “responsable de una operación política que sería el disparate más grande de la historia de Cataluña”.