La ONU anunció hoy que va a destinar una partida de emergencia de 30 millones de dólares para hacer frente al hambre y la malnutrición en la región africana del Sahel.
Según la organización, la sequía, los altos precios de los alimentos y la situación de inseguridad han disparado en esa zona las necesidades humanitarias.
Miles de familias han agotado sus reservas de alimentos y están limitando sus comidas diarias y unos cinco millones de personas necesitan apoyo alimentario, dijo Naciones Unidas en un comunicado.
“Para evitar una catástrofe, tenemos que actuar pronto para llevar asistencia rápidamente a las personas más vulnerables” explicó en la nota el jefe humanitario de la organización, Mark Lowcock.
La ayuda de 30 millones de dólares aprobada hoy por Lowcock procede del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas (CERF, por sus siglas inglesas).
El objetivo de la ONU es que ese dinero permita a sus socios humanitarios apoyar a las comunidades más afectadas en Burkina Faso, Chad, Mali y Mauritania.
Lowcock, en todo caso, dejó claro que esos fondos no son suficientes, por lo que animó a los donantes a aportar más ayuda para evitar un deterioro aún mayor de la situación humanitaria.
Según la ONU, en total son necesarios alrededor de 1.370 millones de dólares para apoyar a la población afectada por la sequía en todo el Sahel, una cantidad de la que por ahora sólo se ha reunido menos de un 20 por ciento.