El presidente de Eslovaquia, Andrej Kiska, calificó hoy de “daño para la convivencia” el referéndum para vetar el matrimonio y la adopción de hijos por personas del mismo sexo, cuyos resultados se invalidaron debido a la baja participación.
“En los hogares, los lugares de trabajo, las iglesias de Eslovaquia han crecido unas emociones de enemistad insalvables”, dijo el jefe de Estado en una alocución al país.
Ante esta situación, Kiska hizo un llamamiento a que los eslovacos salven esas diferencias y “vuelvan a hablar entre ellos”.
Además, mostró su “desencanto” porque en algunos aspectos de la campaña “se sobrepasaron las fronteras de la decencia como nunca antes”.
Se trató de una campaña en la que, en opinión de Kiska, se vertieron muchas “opiniones ofensivas” y en la que una parte de la ciudadanía -en referencia al colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT)- no acudió a los debates por “miedo”.
El mandatario resaltó que “nada cambia” tras el referéndum del sábado, ya que la Constitución sigue definiendo el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
“Nada cambia en el hecho de que la mayoría de la gente lo considera (el matrimonio) como sinónimo de relación entre hombre y mujer”, indicó el presidente, quien pidió “el respeto y la comprensión de la sociedad hacia las minorías”.
Kiska reconoció que en Eslovaquia existe un “déficit creciente” a la hora de comprender los problemas que afronta la comunidad LGBT y afirmó que es necesario “librarse de los prejuicios”, al tiempo que abogó por “la tolerancia mutua, el respeto y la comprensión”.
El referendo para vetar el matrimonio y la adopción por parejas del mismo sexo, pedido por asociaciones conservadoras y respaldado por la Iglesia católica, fue declarado no válido al no alcanzarse una participación del 50 % del censo electoral, ya que sólo acudió a votar el 21,3 %.
El colectivo LGTB había pedido que no se acudiera a votar para que no aumentara el quórum.
De los participantes, el 95 % consideró que el matrimonio ha de estar reservado a hombre y mujer, el 92 % opinó que los homosexuales no deben adoptar y el 90 % se mostró a favor de que los hijos no cursen educación sexual si los padres no están de acuerdo, las tres preguntas que se formulaban en la consulta.