El juez que ha ordenado cautelarmente inmovilizar el autobús con mensajes tránsfobos de HazteOir, al menos hasta que retiren dichas consignas del vehículo, confunde en su auto el concepto de orientación sexual con el de identidad de género.
El magistrado considera que “las concretas expresiones contenidas en la publicidad –los niños tienen pene, las niñas tienen vulva, que no te engañen– racionalmente suponen un acto de menosprecio a las personas con una orientación sexual distinta a la heterosexual”. Pero el mensaje de los ultracatólicos no carga contra las personas homosexuales o bisexuales, sino contra los niños y niñas transgénero, con un sexo asignado al nacer que no coincide con su identidad.
El auto repite en varias ocasiones el error, sobre el que se fundamenta la decisión y habla de que a los menores trans “no se les reconoce su orientación sexual”. “A tal respecto cabe destacar que dicha afirmación, expositiva del ideario de HazteOir no se limita a exponer el ideario que pueda tener respecto a la sexualiudad , sino que extralimitándose de dicho ideario parece dirigirse a las personas con una orientación sexual distinta, negándosela, lesionando de esta manera su dignidad”.