No se puede hablar de la Exposición Universal de 1992 en Sevilla sin hablar de su mascota. Curro, el mítico pájaro de pico multicolor, sigue siendo un icono reconocible tantos años después de aquel popular evento, que llevó a la Isla de la Cartuja de la capital andaluza más de 15 millones de visitantes para conocer todo tipo de avances tecnológicos, culturales y sociales.
Más de tres décadas después, la imagen de Curro sigue siendo recurrente en multitud de productos culturales. Uno de los últimos que lo han incluido ha sido 1992, la serie de Álex de la Iglesia que se estrenó en Netflix a finales del año pasado. Este thriller político ambientado en España comienza cuando una viuda se alía con un amigo de su marido que fue policía para investigar su muerte. Pronto, la trama se va llenando de más asesinatos que siempre cumplen el mismo patrón: junto al cuerpo de las víctimas aparece un muñeco de Curro, la icónica mascota de la Expo'92.
El director vasco confesó que la primera inspiración que tuvo para poner en pie 1992 fue precisamente una imagen que se viralizó en redes sociales de aquel simpático pájaro. “El origen de esta serie es una foto que veo en internet de un grupo de Curros felices y oxidados, almacenados como si del cementerio indio de poltergeist se tratara”, señaló en una entrevista para el medio especializado SensaCine.
Aquellas imágenes pertenecían a Piedad Bejarano, periodista que mientras estudiaba en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Sevilla decidió hacer un fotolibro sobre la Expo del 92, incluyendo referencias al pájaro de colores. “Recuerdo con mucho cariño esos días. Mi amigo David me acompañó al que bauticé como Cementerio de Curros”, explicó la autora sobre el proceso de creación de aquellas fotografías en su cuenta de Instagram.
Esos curros “felices y oxidados” que Bejarano retrató dieron la vuelta al mundo y llegaron hasta Alex de la Iglesia y miles de usuarios más. Hoy, el cementerio de Curros es un sitio que sigue siendo visitado por cientos de curiosos. Creadores de contenido de todo tipo se han acercado a este curioso lugar para grabar vídeos para sus cuentas de Instagram y TikTok.
¿Dónde está el “cementerio de Curros”?
El cementerio de Curros no es un cementerio, ni siquiera está en la Isla de la Cartuja donde se celebró la Exposición Universal hace más de 30 años. En realidad, se trata de la tienda Romano Antigüedades, ubicada en la sevillana localidad de Alcalá de Guadaíra y que se dedica al alquiler de antigüedades y artículos de decoración para eventos, series y películas.
Allí se pueden ver todo tipo de artefactos que sobrevivieron a la Expo’92, incluidos decenas de los balancines con la cara de Curro que un día fueron atracciones. Insertando una moneda de cien pesetas, los niños de los 90 podían balancearse durante unos minutos acompañados de la mítica mascota. A pesar del tiempo, algunas de estas atracciones aún funcionan y algunas de ellas incluso se pueden comprar. La tienda también se puede visitar como si fuera un museo, pues cuenta con todo tipo de curiosidades antiguas.