Cuenta atrás para el juicio entre Massa y Hamilton: todo lo que hay que saber sobre el Mundial de 2008

Ada Sanuy

3 de octubre de 2025 09:46 h

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La historia de la Fórmula 1 tal y como se conoce podría dar un giro. A finales de este mes de octubre se celebrará en Londres un juicio inédito cuyos principales protagonistas son Felipe Massa y Lewis Hamilton. El expiloto brasileño y subcampeón del mundo en 2008, ha decidido llevar a los tribunales a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), a la empresa gestora de la Fórmula 1 (FOM) y al histórico dirigente Bernie Ecclestone.

El motivo es el llamado Crashgate, el escándalo que marcó la primera carrera nocturna de la categoría en Singapur y que, según Massa, le privó de ser campeón del mundo frente a Lewis Hamilton. El brasileño reclama que se le reconozca como legítimo campeón de aquel año o, en su defecto, que se comparta el título con el británico. Como alternativa, exige una compensación económica que oscila entre 80 y 100 millones de euros por daños materiales, pérdida de ingresos y perjuicio a su reputación.

Qué ocurrió en 2008

El Mundial de 2008 fue uno de los más intensos y apretados de la Fórmula 1 moderna. Massa y Hamilton llegaron igualados a la última carrera en Brasil, con el campeonato en juego. El piloto de Ferrari cruzó la meta en Interlagos como ganador y celebró el título durante unos segundos, hasta que, en la última curva, Hamilton adelantó a Timo Glock y recuperó el punto que necesitaba para proclamarse campeón. La imagen de Massa llorando en el podio, sabiendo que había perdido el título por un solo punto, quedó grabada como uno de los episodios más dramáticos del automovilismo reciente.

Ese único punto que decidió el Mundial está en el centro de la batalla judicial. Massa sostiene que lo perdió como consecuencia directa del Gran Premio de Singapur, disputado semanas antes, donde se produjo un accidente deliberado que alteró el resultado de la carrera. Aquel día, Nelsinho Piquet, piloto de Renault, se estrelló contra un muro siguiendo órdenes de su equipo. El incidente obligó a desplegar el coche de seguridad y cambió por completo la estrategia de carrera. Fernando Alonso, compañero de Piquet, se benefició de la situación y terminó ganando, mientras que Massa, que lideraba hasta entonces, vio su carrera arruinada por un error en boxes que lo dejó fuera de los puntos.

Todo salió a la luz en 2009

La maniobra de Renault salió a la luz en 2009, cuando Piquet confesó que había recibido órdenes para estrellarse. La FIA sancionó de por vida al jefe de equipo, Flavio Briatore, y al director técnico, Pat Symonds, aunque las sanciones fueron posteriormente anuladas en tribunales franceses. El escándalo fue bautizado como Crashgate y supuso una de las mayores manchas en la historia de la Fórmula 1, con la particularidad de que sus consecuencias deportivas nunca fueron revisadas. La carrera de Singapur se mantuvo válida y sus resultados no se alteraron, pese a que influyeron en la resolución del campeonato.

Un giro en 2023

El giro que ha llevado a Massa a los tribunales llegó en 2023. Bernie Ecclestone, entonces máximo responsable de la Fórmula 1, declaró en una entrevista en The Times que tanto él como la FIA sabían ya en 2008 lo que había sucedido en Singapur y que decidieron no actuar para “proteger la imagen del campeonato”. Según sus propias palabras, si se hubiera investigado en aquel momento, los resultados del Gran Premio de Singapur habrían sido anulados y, en consecuencia, Massa se habría proclamado campeón del mundo.

La confesión fue demoledora: por primera vez se admitía desde dentro que el escándalo se conoció y se encubrió. “Según los estatutos, deberíamos haber anulado la carrera de Singapur en esas condiciones. Eso significa que no habría repercutido para la clasificación del campeonato. Y Felipe Massa se habría convertido en campeón del mundo y no Lewis Hamilton”.

Esas declaraciones son la piedra angular de la demanda. Para Massa, constituyen la prueba de que fue privado de la oportunidad de recurrir en su momento y de que existió un encubrimiento institucional. Sin embargo, de cara al juicio, Ecclestone ha cambiado su versión. Ahora niega haber dicho lo que se le atribuye y sostiene que se trató de un error de transcripción en una entrevista que no fue grabada. Este volantazo debilita la causa del brasileño, pero sus abogados insisten en que la confesión inicial fue clara y suficiente para demostrar la responsabilidad de la FIA, la FOM y Ecclestone.

Lo que reclama Felipe Massa

Las peticiones de Massa son ambiciosas. Reclama que se le reconozca como campeón de 2008 o, al menos, que se declare un título compartido con Hamilton. Esta posibilidad, sin precedentes en la Fórmula 1, es considerada improbable por los expertos legales, que apuntan más bien a la vía económica como salida. En ese escenario, el piloto reclama una compensación que podría superar los 80 millones de euros, una cifra que engloba los ingresos perdidos por no haber sido campeón y el daño a su imagen pública, además de la carga emocional de haber vivido más de 15 años con la espina clavada.

La dificultad para que prospere la petición de Massa es evidente. Nunca se ha modificado el resultado de un campeonato tantos años después de su celebración, y los reglamentos de la FIA establecen plazos muy concretos para presentar reclamaciones y recursos. Cualquier cambio en el palmarés sentaría un precedente de enorme impacto que podría reabrir otros casos polémicos en la historia del deporte. Por eso, aunque Massa mantiene su reivindicación moral de ser campeón, las expectativas apuntan a que la indemnización sea el terreno de disputa más realista en el proceso.