El segundo molino de aceite de oliva romano más grande del Imperio Romano, que constituía un importante suministro de este líquido tan codiciado para numerosos usos, no estaba en Italia. Este se ha localizado en Túnez, según los hallazgos de un equipo internacional de arqueólogos, que apuntan a que la infraestructura forma parte de dos fincas agrícolas que mantuvieron una actividad significativa durante varios años.
El enclave en el que se encontró la infraestructura no es casual. Los investigadores recuerdan que la región tunecina de Kasserine reunía todas las características para una producción intensa de aceite: paisaje caracterizado por altas estepas, un clima continental con importantes variaciones de temperatura y modestas precipitaciones recogidas en pozos.
Así, se daban las condiciones ideales para el cultivo de olivos y la producción de aceite un recurso vital para la economía del África romana, lo que convirtió a Túnez en el principal proveedor de aceite de Roma, recuerdan desde la Universidad Ca' Foscari de Venecia, institución que codirige de la investigación.
Trabajando en el yacimiento Henchir el Begar
La campaña de excavaciones se centró en dos antiguas fincas de olivos situadas en el corazón del macizo de Jebel Semmama, una región fronteriza del África proconsular. En concreto, los investigadores pusieron el foco en el yacimiento Henchir el Begar, identificado como el antiguo Saltus Beguensis, centro de una gran finca rural en el distrito de Begua que perteneció al vir clarissimus Lucillius Africanus en el siglo II d. C.
El yacimiento es un viejo conocido de los investigadores, entre otros motivos, por la notable inscripción latina que recoge una consulta del Senado del año 138 d. C., autorizando la organización de un mercado bimensual, un acontecimiento de gran importancia en la vida social, política y religiosa de la época.
Esa inscripción ya daba pistas de la actividad en el asentamiento, que se extiende a lo largo de unas 33 hectáreas y está dividido en dos sectores principales, donde se han localizado prensas de aceite, una balsa de recogida de agua, varias cisternas y ahora el segundo molino de aceite de oliva del Imperio Romano.
Tras sus excavaciones, señalaron que Henchir el Begar 1 albergaba el molino de aceite romano más grande e impresionante de Túnez y el segundo más grande de todo el Imperio Romano, que cuenta con un torcularium monumental con doce prensas de viga.
De acuerdo con los hallazgos arqueológicos, estas estructuras estuvieron en uso entre los siglos III y VI d. C., lo que indica un largo período de producción continua en la zona.