Restos de plátanos y de la ‘pica’ se vierten sin control en zonas de La Palma

Residuos plataneros tirados sin control en La Palma, en una foto hecha este lunes (Mazo).

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

No son todos los productores de plátanos de la isla de La Palma, pero siempre serán más de la cuenta, y es posible que al final hasta termine pagando, como sostiene el dicho popular, “justo por pecador”. En La Palma, isla calificada en toda su extensión como Reserva de la Biosfera, se siguen gestionando de forma ilegal muchos de los residuos agrícolas no peligrosos que genera la actividad de normalización y envasado de la fruta estrella en Canarias, la que se realiza en los empaquetados, y también la pica, o sea, la retirada del mercado con su consiguiente destrucción de parte de la oferta de plátano (la cantidad semanal que decide Asprocan con la aprobación previa del Gobierno de Canarias) debido al hundimiento de los precios en destino. Esto convierte en algo poco aconsejable asumir los elevados costes de traslado a la Península.

Esta misma semana (con una pica de unos 200.000 kilos, la de la semana 28), el lunes pasado (11 de julio), Canarias Ahora ha obtenido pruebas fehacientes, a través de la captación de imágenes y de vídeos in situ, de que la gestión de los residuos procedentes de la actividad platanera es, por decirlo suave, muy mejorable en la isla de La Palma, donde hay entidades comercializadoras, no todas, pero sí al menos una muy relevante, que siguen desarrollando la práctica ilegal de verter sin control y autorización desechos de plátanos en espacios rurales y naturales de esa isla.

Es lo que está pasando, por poner solo un ejemplo, en varias zonas del municipio de Mazo, en especial en el área conocida con el topónimo de Tigalate, donde se acumulan esos residuos de plátanos formando auténticas montañas ilegales y descontroladas de desechos agrícolas.

Los restos de plátanos y de la pica que llegan a los citados espacios a veces recorren en camión hasta 70 kilómetros, y esto se hace, principalmente, para eludir los controles medioambientales y así eludir el pago una tasa de entrada de los citados residuos en el complejo ambiental de La Palma, donde se abona en torno a 47 euros por 1.000 kilos de residuos agrícolas no peligrosos.

Hasta hace poco, en el norte de La Palma existía la opción de llevar ese material de desecho a un gestor autorizado de tipo privado, en este caso por unos 35 euros la tonelada, pero la citada empresa, pese a estar a menos de 10 kilómetros de un punto que genera residuos procedentes de los plátanos, ha tenido que cerrar por falta de negocio.

Así están las cosas en La Palma, donde algunas entidades comercializadoras de plátanos están empeñadas en dejar como mentiroso al presidente de Asprocan, Henry Sicilia, que, en todas las entrevistas que se le han realizado desde su elección a finales de abril pasado, no ha parado de afirmar y de subrayar, de dejar muy claro, que el plátano que se retira del mercado en Canarias va a la alimentación de ganado y al Banco de Alimentos.

Actuaciones ilegales que dañan la marca Reserva de la Biosfera

Como atestiguan las pruebas documentales, Henry Sicilia se equivoca, no conoce la realidad del plátano regional a la perfección y en todos sus extremos, o bien se apunta a no decir la verdad. Las pruebas indicadas son las imágenes que aquí se sirven (o las que publicó en octubre de 2014 este portal ) y algunas otras que hay de restos de plátanos y de picas que, con el criterio adecuado y legal, sí se mandan a los complejos ambientales respectivos, o quizá se canalizan a través de gestores autorizados, privados o públicos, y ello pese a que tal operación, la correcta, cuesta dinero.

En La Palma, a día de hoy y según fuentes conocedoras de estas actuaciones que prefieren permanecer en el anonimato para evitar represalias, se pueden estar gestionando de forma anómala hasta 150 toneladas semanales de restos de plátanos, una cifra que no tiene en cuenta la pica. Esta cantidad, si se mandara al complejo medioambiental, supondría un coste para la entidad emisora en torno a los 7.000 euros por semana, con lo que puede parecer justificado que se vierta de manera ilegal o bien se acumule en granjas de ganado mayor y en cantidades industriales para evitar las actas de sanción del Seprona, del propio Cabildo o de la Apmun. Una vaca adulta puede comer un metro y medio cúbico de esos restos a la semana y, en algunos casos, las cuadras acumulan hasta el triple y el cuádruple de esa cantidad. Blanco y en botella…

Lo peor de lo que está ocurriendo en la isla bonita, en La Palma Reserva de la Biosfera, es que el Gobierno insular, el Cabildo, está al tanto de la situación, pero parece que prefiere no actuar, no pasar a la acción. Es lo que se ha visto hasta ahora. “Prácticamente todos los partidos políticos, quizá salvo IU y Podemos, saben lo que está pasando pero no se atreven a frenar esta ilegalidad”, lamenta una persona conocedora del sector platanero en La Palma.

Productores muy apoyados por la UE que eluden sus obligaciones

En la actualidad, el sector productor de plátanos en las Islas recibe de forma puntual y en dos pagos semestrales por año la cantidad total de 141 millones de euros con cargo al programa Posei y con financiación al 100% de la Unión Europea. Pese a este apoyo público directo, el más importante que tiene cualquier actividad primaria en Canarias, en el sector hay algunos agentes que eluden la gestión correcta de los residuos plataneros, bien los procedentes de la normalización y el envasado de la fruta, bien los originados por la pica, lo que se hace para evitar el abono de tasas de recogida y tratamiento.

Por esta razón, se actúa de forma ilegal con el vertido sin control en el medio rural o natural, e incluso con la argucia o sutileza de que los residuos se destinan a la alimentación de ganado mayor, algo que todo el mundo sabe que es imposible en las cantidades que se suelen acumular en determinadas explotaciones pecuarias.

Pese a que la ilegalidad es manifiesta y, como consecuencia de ello, incluso ha fracasado un proyecto privado de producción de compost de calidad a través de los restos de plátanos en la isla de La Palma, este fenómeno no cesa en la isla, donde parece que, al menos hasta ahora, el Cabildo se niega a actuar y son muchos, la mayoría, los que hacen la vista gorda.

Todo esto ocurre, está pasando…, en la isla de La Palma, la isla bonita, la que es Reserva de la Biosfera. Entretanto, Henry Sicilia no ve nada anormal ni desperdicia entrevista para negar la mayor, y los plataneros isleños reciben según lo previsto, sin retraso alguno, sus 141 millones de euros anuales en ayudas comunitarias. A esto se une la otra desgracia habitual en los últimos años, que en la actual semana seguirá la pica, otra vez con unos 200.000 kilos a la basura. Y si sigue la pica, en La Palma seguro que para algunos estará más justificado el vertido ilegal, al subir la cantidad semanal de residuos agrícolas.

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