El conflicto de Gaza se amplía sin que se vislumbre el final

La ofensiva militar de Israel en Gaza cumplió este martes su cuarta jornada con un aumento de la mortandad en ese territorio palestino sin que se vislumbre su final tras ampliarse anoche sus efectos en suelo israelí. Antes de reanudarse de madrugada los bombardeos en la Franja -donde los ataques ya habían causado 380 muertos a la caída de la noche-, el recuento mortal se había incrementado poco aunque de manera significativa en el sur del Estado Judío.

La muerte de un hombre por un cohete kasam en la localidad de Nahal Oz y la de una mujer por un katyusha en la ciudad de Ashdod, elevaron en la noche del lunes a cuatro el número de vidas que el conflicto ha segado a este lado de la frontera.

Esas dos víctimas, un militar y una civil, no inciden de forma relevante en la desproporción cuantitativa que existe entre las registradas en uno y otro bando, que sigue siendo abismal.

Pero la de Ashdod ensancha las coordenadas de la conflagración.

A treinta y siete kilómetros de Gaza, esa ciudad israelí es la mas lejana de la Franja que ha sido alcanzada hasta ahora por los proyectiles de los grupos armados palestinos.

Y su incorporación al escenario bélico acentúa el paralelismo entre la intervención militar del verano de 2006 en El Líbano y la actual en Gaza, aunque la primera tuviera como marco el norte y la segunda se desarrolle en el sur de Israel.

Como hace dos años y medio, el Estado Judío arguye que actúa en defensa propia ante el ataque con cohetes contra su territorio; antes lanzados por el grupo chií libanés Hizbulá y ahora por los grupos armados palestinos liderados por movimiento islamista Hamás en la Franja palestina.

También la amenaza que la operación proyecta sobre suelo israelí tiene parecido alcance a la de 2006: los katyuskas de Hizbulá llegaron hasta Nazaret y Haifa, a unos cuarenta kilómetros de El Líbano, una distancia semejante a la que separa Ashdod de Gaza.

Y ambas intervenciones militares comparten el mismo objetivo: parar los ataques y desmantelar el poder del enemigo.

Al precio de la vida de 1.231 civiles -1.187 libaneses y 44 israelíes-, y de miles de combatientes de ambas partes, Israel logró en 34 días el primero de esos propósitos pero no el segundo en el país vecino, cuya región meridional sigue bajo control de Hizbulá.

Queda por saber cuanto tardará en conseguir al menos igual resultado con Hamás en Gaza, aunque hay declaraciones de líderes israelíes que delatan que el encono acumulado durante sesenta años de enfrentamiento se sale de toda escala temporal en Oriente Medio.

Según explicó el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, al lanzar el sábado la ofensiva, “hay un tiempo para la calma y hay un tiempo para combatir. Y ahora ha llegado el tiempo para combatir”.

Como si la alternancia entre el estado de guerra y el de paz fuese inevitable, no respondiera necesariamente a ninguna razón conocida y fuera a prolongarse de manera indefinida; esto es, como si formara parte del orden natural de las cosas.

Cae un cohete palestino cerca de Beer Sheva, el más lejano hasta la fecha

Un cohete lanzado desde Gaza por milicianos palestinos cayó esta noche cerca de la ciudad de Beer Sheva, situada a unos cuarenta kilómetros de la Franja, en el disparo de mayor alcance contra Israel hasta la fecha, informó la Policía.

El proyectil no causó daños materiales ni humanos, precisó el portavoz policial, Micky Rosenfeld.

Esta ciudad, de unos 180.000 habitantes, era hasta ahora ajena a la amenaza de los cohetes palestinos.

También lo era la localidad beduina de Rahat, al oeste de Beer Sheva y donde hoy también cayó un cohete palestino.

Los grupos armados de Gaza han aumentado la lejanía de sus lanzamientos al poseer cohetes del tipo Grad, introducidos por piezas a través de los túneles subterráneos que comunican con el Sinaí egipcio para luego ensamblarlos en la Franja.

Estos proyectiles tienen mayor alcance y precisión que los habituales Al Kasam, construidos con cañerías.

La semana pasada, el jefe de los servicios de inteligencia interior de Israel (Shin Bet), Yuval Diskin, advirtió de que Hamás podía alcanzar con sus cohetes ciudades como Ashdod o Beer Sheva.

En ambas han caído ya cohetes desde que el pasado sábado Israel comenzó su bombardeo masivo de Gaza, que ha causado 380 muertos y 1.700 heridos.

Tras el ataque de este martes, medio millón de israelíes son blanco potencial de los proyectiles palestinos, según explicó el responsable de la oficina de prensa del Gobierno israelí, Daniel Seaman, el domingo en Sderot.

Cuatro israelíes han muerto por estos ataques, tres de ellos este lunes, desde el inicio de la ofensiva israelí.

La semana pasada, el diario Haaretz publicó que los milicianos islamistas han aprendido a fabricar perclorato de amonio, un propulsor que aumenta el alcance del proyectil y, sobre todo, permite su almacenamiento durante meses.

La inteligencia militar israelí cree que ha destruido en los últimos bombardeos un tercio del arsenal de cohetes de Hamás, que se estima en mil unidades.

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