“Tengo esta imagen, si no vuelves conmigo la voy a publicar”

El acoso puede llegar a través de la mensajería instantánea.

Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria —

¿Qué es la ciberviolencia?

Nos encontramos con que en Internet hay una serie de características que propician el que pueda haber delitos o formas de acoso y de violencia, como el anonimato, la facilidad de acceso a las personas o el poderse pasar por una distinta. Se trata de usar, en definitiva, las características de la Red para hacer daño. Usar esta herramienta en sentido negativo puede causar mucho sufrimiento a una persona.

Al margen del ciberacoso sexual a menores, hay dos fenómenos. Uno lleva ya bastante tiempo, que es el ciberbullying y otro es quizás más emergente, que es la violencia de género digital entre adolescentes.

¿Cómo se da esta última?

La violencia, como sabe, puede ser de muchos tipos. Dejando al margen la física y la sexual, hablamos de psicológica y en ese caso entre parejas adolescentes (cuando no son parejas podemos hablar de otro tipo de acoso) se está utilizando por desgracia en demasiadas ocasiones el medio digital para ejercer violencia.

Pongo un ejemplo: imaginemos que una chica de 15 años que usa las redes sociales y servicios de mensajería instantánea, como Facebook, Tuenti, Twitter o whatsapp tiene un novio que está ejerciendo actuaciones de acoso o de control. En definitiva, invade en todo momento esa parte de la vida de su pareja, porque es celoso o por las razones que fueran. Este es un tipo de violencia que está posibilitada, porque existe siempre un canal directo de comunicación entre la víctima y el acosador.

En las redes sociales nos relacionamos de forma privada, pero de alguna manera también en grupos e imaginemos un caso en concreto: un chico sube una fotografía a la red social y la chica le da al “me gusta” o le escribe un mensaje del tipo “qué guapo sales en la foto”. Ese acto puede generar una reacción violenta en un adolescente celoso obsesivo, porque el comentario de su novia a otra persona lo ha visto también mucha otra gente. Es un caso bastante típico. Otro es el retirar las fotografías el decirle cosas como “bueno, si tu ya tienes novio para qué subes tantas fotografías” o “quita este tipo de imágenes en las que estás especialmente atractiva o sexy”. Es otra forma de control. Una más es: “bueno, si no me tienes nada que ocultar, dame tu claves de acceso” o verificar con quién hablabas por whatsapp.

Todas esas herramientas de comunicación están siendo utilizadas en muchos casos para ese control, que nos preocupa especialmente cuando se produce entre parejas adolescentes.

¿Estas personas son conscientes de que son víctimas de violencia de género digital?

Esa es la cuestión. Lo son y no lo son. De alguna manera ceden, saben que eso no les gusta, pero no saben quizás gestionar cómo cambiar la situación o, aún siendo plenamente conscientes, no se sienten capaces de romper la relación. También puede ocurrir que estén siendo “chantajeadas” para que esa relación se mantenga o el acosador de una de cal y otra de arena, con lo que al final acaba confundiendo a la víctima. Es una problemática general en todo tipo de violencia psicológica de género.

Lógicamente las adolescentes quizás tengan menos recursos personales para identificar estas situaciones y salir de ellas. Estamos conociendo casos en los que, por lo general, los chicos chantajean a su pareja con algún tipo de imagen íntima o sexual de ella y la condicionan para que no les deje o para que vuelvan con ellos. Es un caso de extorsión y chantaje en base a la posesión de imágenes sexuales, pero en el seno de la pareja. Estamos hablando de violencia sexual digital.

¿Cuál es la diferencia entre el grooming y el sexting?groomingsexting

El sexting es una práctica de riesgo, significa enviar imágenes íntimas a una persona a través del teléfono móvil por lo general. Esto en sí mismo no es un problema si eres una persona adulta, si eres menor de edad estamos hablando de producción de pornografía infantil, distribución y tenencia. Pero bueno, si todo quedara ahí, se trataría de una práctica sexual entre la pareja y como tal, cada cual decide.

La cuestión es que la práctica tiene un alto riesgo, porque es muy difícil controlar la distribución de imágenes digitales, sobre todo cuando las tenemos en dispositivos conectados a internet. Puede ocurrir que por un despiste, una persona se equivoque de fichero y envíe imágenes de su pareja, o que lleve el móvil a arreglar y le saquen la fotografía. Es decir, proteger una imagen en un dispositivo conectado a internet que se pueda perder o lo puedan robar es complicado. Solo por el riesgo que tiene el que esa fotografía llegue a manos de terceros, hay que pensárselo mucho.

Por otro lado, si la relación cambia, puede ser víctima de extorsión: “tengo esta imagen, si no vuelves conmigo la voy a publicar”. Nos han llegado muchos casos por internet de gente que rompió con su pareja y que luego volvió al escuchar que si no seguían teniendo relaciones se iban a publicar esas imágenes.

En referencia al grooming o ciberacoso sexual a menores. Se trata de personas adultas que buscan algún tipo de implicación sexual en menores como pedir imágenes a niños a través de la webcam o, en algunos casos extremos, que acudan a las citas. El grooming es una estrategia, una manera de hacer ciberacoso que consiste en ganarse la confianza del menor, “seducirle”, obtener algún secretito o una imagen comprometida y a partir de ahí hacer el chantaje.

En el acoso a menores también encontramos el ciberbullying, que es el hostigamiento reiterado y voluntario a otra persona considerada como igual a través de los medios digitales. Aquí podemos hablar de cualquier tipo de práctica que se les ocurra a los adolescentes, que son de lo más variadas y originales. Desde hacerle una foto y mandarla a los contactos etiquetando a la víctima para que todo el mundo la vea; hacer correr bulos y rumores que perjudican la reputación y relaciones de la víctima; robarle sus contraseñas de acceso a las redes sociales, hacerse pasar por ella y, digamos, provocar a ciertas personas para que crean que ha sido la víctima...Internet es una herramienta con la que se puede hacer mucho daño de forma muy sencilla.

Teniendo en cuenta la facilidad con la que se puede duplicar una imagen y enviarla a distintos destinatarios en internet, ¿puede una persona volver a recuperar su vida después de eso?

Por lo general, cuando hablamos de un caso grave el daño es muy intenso. Uno se acaba recuperando en muchos casos, hay otros en los que chicas y chicos se han llegado a suicidar. La recuperación se hará lógicamente con ayuda, aunque siempre va a quedar una secuela. Además, estamos hablando de que las imágenes que se difundieron puedan volver a estar circulando en tu entorno próximo en cualquier momento.

Es un atentado contra tu intimidad y derecho a la imagen, pero ahí queda. Hay casos como el de Olvido Hormigos, en los que se difundieron unas imágenes íntimas y ella lo asumió, tenía esa capacidad. Sin embargo, no fue víctima de ciberbullying y eso que suele ocurrir en los casos de adolescentes con los que, por desgracia, se suele hacer una “revictimización”. Es el caso de Amanda Todd, que en un momento determinado se sacó una foto de sus pechos que terminó internet y a partir de ahí fue una espiral de ciberbullying. Es decir, de sexting a ciberbullying. Es chica murió realmente de ciberbullying, de no aguantar más el acoso de la gente.

Esto no quiere decir que uno no pueda salir y recuperarse, pero el daño que se genera es grandísimo. Pasa lo mismo con un rumor, una calumnia, insultos...eso de alguna manera queda, pero lo de las imágenes es el caso más violento.

Hace poco se destapó en Tenerife un caso de grooming, se habla de que este tipo de acosadores pueden llegar a aglutinar hasta 200 víctimas.grooming

Todas las que el tiempo les permita. Al final es una actividad que realizan fruto, obviamente, de un trastorno y la realizarán con la intensidad que su tipo de vida les permita. En los casos de grooming, al final la persona tiene que ganarse la confianza de la víctima, tiene que diseñar una estrategia que la envuelva, crearse personajes en internet que puedan captar su atención. Eso puede llevar un tiempo, quizá no mucho si se tiene práctica. Entonces, el acosador puede, dedicando poquito tiempo al día, buscar por un lado y por otro lado cultivar chichas o chicos que puedan acabar siendo sus presas.

Echa un anzuelo a ver si alguien cae y conoce si se trata de un menor desconfiado o no, qué tipo de comidas le gustan... busca el patrón de esa víctima potencial, pero eso tampoco debe llevar demasiado tiempo. Unos chateos, visitar su perfil y luego tira otro y otro anzuelo, de forma que algunas plantas se le mueren y otras le van dando frutos para conformar ese huerto de víctimas. Es habitual que, cuando se descubre un afectado, detrás haya muchos más, porque creo que es una cuestión de capacidad, no de oportunidad.

¿Se puede decir que este tipo de personas han perfeccionado sus métodos con el paso de los años? ¿Se han convertido en expertos?

Claro, por supuesto, se dedican a eso o es su “afición”. En la medida que cogen práctica, la perfeccionan. Por lo tanto, tenemos a un adolescente que sabe manejar las redes sociales, pero que sigue contando en lo personal con muy poca experiencia vital, que se topa de repente con un autentico profesional del acoso sexual. Ellos saben elegir muy bien las víctimas, saben condicionarlas para que no busquen ayuda, hacerles sentir culpables y manejan muy bien los tiempos. De esa manera es como consiguen lo que quieren.

¿Se tienen datos sobre este tipo de acoso ha sufrido un incremento o en qué región se da más?

Solo intuiciones o informaciones en prensa, etc. No hay datos, porque por un lado las investigaciones son largas y, por otro, implican a personas que residen en otros países. Es decir, el proceso es “especialmente complicado”. Por otro lado, habría que ver cuáles son denuncias y cuáles son condenas. Algún estudio puede marcar el número de menores que manifiestan haber recibido algún tipo de propuesta sexual y eso puede ser un indicador, pero no es algo que signifique las víctimas reales. No hay datos porque, además, muchas de ellas quedan en silencio.

¿Estamos protegidos? ¿Cómo previene la ley este tipo de situaciones?

Se han dado pasos respecto a la ley y se están haciendo pequeños cambios para que ésta se adecúe mejor a la realidad y que procesamiento sea ágil. De alguna manera, ya se están dando pasos para poner un cerco al ciberacoso en la red. Se habla de la figura del agente encubierto que se infiltra en las redes y actúa como cebo para captar a este tipo de personas. Una figura polémica, porque puede ser de alguna forma inducción al delito. Creo que en otros países se está manejando y que en España es una medida que se está proponiendo por algunos sectores para atajar este tipo de cosas.

La otra medida no puede ser sino poner más medios. Es decir, que la Justicia y la policía atienda cuanto más rápido y eficientemente se pueda este tipo de casos. Ocurre que los medios son limitados y hay una reforma del código penal que lleva tiempo en la incubadora.

La prevención es, por lo tanto, la principal medida.

No hay otra. Obviamente los padres y madres tienen que estar implicados en esto, pero nosotros siempre hemos apostado por capacitar a jóvenes, adolescentes y niños en el espíritu crítico y en tener la capacidad de pedir ayuda si está habiendo un problema.

¿Tiene algo que ver el desfase generacional que propicia la rápida evolución de las nuevas tecnologías en este tipo de situaciones?

Es evidente que el que las personas adultas tengamos conocimientos limitados supone un hándicap. Pero también hay que saber hay menores que saben donde hay que apretar la tecla, pero muchas veces desconocen qué efectos tiene. Desde luego es un hándicap, pero por eso el esfuerzo tiene que estar también en padres y madres, en intentar acompañar y, aunque les cueste mucho, dedicar tiempo a compartir el espacio digital con sus hijos.

De esa manera aprenderán y comprenderán y estarán ahí para cuando el chico tenga un problema y sienta la confianza de pedir ayuda. Eso es fundamental. No hay grandes problemas en la red si se pide ayuda a tiempo y menos en el caso de depredadores sexuales, porque son los primeros en huir. Si hay un problema y se ha cometido un error con una imagen, todo se puede salvar de forma bastante satisfactoria.

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