Nos habían asegurado que lo había dicho en una radio local, pero no lo creímos hasta que lo vimos este domingo negro sobre blanco en La Provincia: Larry Álvarez ha descubierto una conspiración. Él, que es muy sabio, la llama “círculo vicioso” y la describe diciendo que la cosa empieza en chascarrillo que lanzamos nosotros, la coge un columnista (ignoramos cuál) y pasa a una radio (volvemos a ser cachiporros) y la asumen como buena el PSC y CC, que deben ser unos toletes. Pero no es esa teoría de la conspiración -entendemos que antisoriana- la que más nos ha conmovido, sino su defensa por la profesión periodística a la que llama incluso “noble”. Para a continuación hablar de “mercenarios de la palabra que escriben al peso y luego pasan factura”, lo que nos lleva a rogarle encarecidamente al señor candidato al Cabildo de Gran Canaria que nos dé nombres a ver si, por un casual, está el suyo propio y el de otros que él ha comprado convenientemente y que están a punto de revirársele. Después de entrevistarle un par de veces más en la radio, claro.