Lo anecdótico de las torres de El Tablero es que entre quien las defiende se encuentra el arquitecto y abogado Carmelo Padrón, también muy admirado por nosotros. El caso es que Padrón, que siempre se ha caracterizado por la cordura y la prudencia, ha llegado a defender las santiagueras en la mismísima tele de Santana Cazorla. Dice el promotor que esa defensa ha sido sine pecunia, sin peiperviú, o sea, que no lo ha contratado, y nosotros le creemos. Padrón entendemos que tiene que estar a favor de la edificación en altura como criterio de las directrices. Y el Tablero, en contra. Y nosotros. No porque sean altas, sino porque son cuarenta, dijimos cuarenta. Esto supone que, sobre el papel, El Tablero se acostará siendo un recoleto pueblo del Sur grancanario y se levantará siendo un presuntuoso grupo de torres sin esos años de ensolerado acumulados, sin esa escala de lo bueno, bonito y barato. Torres más altas han caído, dicen. Aunque sean cuarenta.