La persecución a nuestros medios no se ha detenido en la publicidad ni en la prohibición expresa a dirigentes y militantes de participar en entrevistas, tertulias o actos de nuestros medios. Ha llegado también, como ha quedado dicho aquí, a la censura más salvaje, como la que ejerció en la Autoridad Portuaria la que fuera jefa del gabinete del presidente, Teresa Cruz, hoy jefa de comunicación del teatro Pérez Galdós gracias a otra cacicada de José Manuel Soria. Ya en el plano más anecdótico, nuestros medios de comunicación jamás han sido invitados formalmente a actos financiados con el erario público como Festival de Cine, Carnaval, Moda Cálida... que sin embargo hemos cubierto informativamente para nuestros oyentes y lectores, como es nuestra obligación. Luego están esas otras invitaciones que, en alguna medida, hasta agradecemos no haber recibido, como los desayunos de trabajo con la alcaldesa, o almuerzos y cuchipandas varios del presidente insular. Nos hubiera supuesto un compromiso tener que declinarnas en beneficio de nuestro estómago.