La división interna del PP andaluz arroja más incertidumbre al congreso

El Partido Popular va a redefinir en las próximas horas su rumbo político eligiendo a un nuevo presidente o presidenta y, si se confirma el adelanto electoral en Andalucía, dentro de tres meses la nueva dirección del partido se someterá al primer juicio de unas urnas. El PP andaluz es la agrupación más numerosa en este congreso extraordinario que se celebra entre hoy y mañana en un hotel a las afueras de Madrid. En conjunto aportan 519 compromisarios (de los 3.082 que votarán el sábado), casi el doble que Madrid. Los andaluces controlan el 17% de los votos del cónclave y se presentan como “la agrupación decisiva” para el resultado final.

Pero el PP de Andalucía no ha llegado al congreso como una agrupación compacta, existe una división interna que reproduce el enfrentamiento natural entre Dolores de Cospedal y Javier Arenas por el control del partido. La fuerza de los andaluces en este congreso dependerá, por tanto, del ancho de esa fractura. La ejecutiva regional de Juanma Moreno apostó desde el principio por Soraya Sáenz de Santamaría, que en la primera ronda de las primarias logró un 54% de votos de los afiliados en Andalucía frente al 28% obtenido por Cospedal y el 16% de Pablo Casado. Fuentes próximas a Moreno aseguran que más del 65% de los compromisarios andaluces están con Santamaría.

En el entorno del ex ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido (hombre fuerte de Cospedal en Andalucía), replican que ha habido un “reagrupamiento” del voto crítico en torno a la figura de Pablo Casado: ahí estarían quienes han respaldado desde el principio al secretario de Comunicación del PP, pero sobre todo está la corriente más contestataria a la actual dirección regional: todos los antiguos apoyos de Cospedal, reclutados por Zoido, por el ex alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto y por el alcalde del municipio sevillano de Tomares, José Luis Sanz. Según sus cálculos, el voto de los compromisarios andaluces se ha partido en dos y la división ahora es de 60% para Santamaría, 40% para Casado.

Desde la primera fase de las primarias, el PP andaluz ha dado muestras de división interna, aunque es una división desequilibrada, porque el territorio se ha mostrado más claramente sorayista. Si el voto de los delegados andaluces reproduce el voto de su militancia el pasado 5 de julio, es más que probable la victoria de Santamaría. Ésta es la tesis con la que el equipo más próximo a Juanma Moreno se ha montado en el AVE de Sevilla a Madrid. Hay dos ideas claras en este planteamiento: la primera sería que la ex vicepresidenta del Gobierno ganó con mayoría absoluta en Andalucía y que este territorio habría consagrado su victoria en el congreso por anticipado. “Esto está ganado desde el 5 de julio”, dice un destacado sorayista. De ser así, el PP andaluz reclamará más peso político en el nuevo Comité Ejecutivo Nacional, donde ahora se sientan 15 andaluces (aunque casi ninguno de ellos es del equipo del presidente del PP-A, más bien provienen todos de la órbita de Javier Arenas).

Sin integración

En los últimos días, por cada dirigente y cargo intermedio afín a Cospedal que ha anunciado su apoyo a Casado, la dirección regional anunciaba otro que se pasaba a Santamaría. El veterano alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, es de los primeros; y la alcaldesa de Fuengirola, Ana Mula, está entre los segundos (y eso que su predecesora, Esperanza Oña, le ha hecho la campaña al joven candidato en su municipio).

En los pasillos del hotel madrileño donde se celebra el congreso, los dos equipos que coordinan las campañas han llegado cuidando mucho que sus rostros expresen una victoria anticipada. Hasta el último momento se juega una guerra psicológica. El representante de la candidatura de Santamaría, Antonio Sanz, se ha quejado de que que el equipo de Casado ha jugado a “la campaña psicológica en las redes sociales, atribuyéndose más apoyos de los que tiene”, incluso apuntándose a personas que no son compromisarios ni militantes del partido. Sanz asegura que su recuento de delegados en favor de Santamaría tienen “nombre y apellidos”. “Nosotros contabilizamos a nuestros delegados a la antigua usanza: palito, palito, palito y palito diagonal. Los contamos cuando están confirmados, no por lo que digan en Twitter”, bromea Sanz.

En el mismo bando está Celia Villalobos, compromisaria en congresos del PP desde 1988, que ha explicado que Santamaría quiere la integración y peleará por ella hasta el último momento, pero que sería “más inteligente” pactar antes que esperar al resultado de las urnas. Villalobos está convencida de que Casado no buscará la integración porque “se ha rodeado de una serie de personas con un perfil difícil y poco conciliador”. Sobre Casado, sostiene que se ha equivocado al plantear “una campaña como si se presentase a presidente de los Estados Unidos de América”.

En el otro ángulo del pasillo, Zoido defiende que Casado tiene más opciones que Santamaría y descarta una integración de última hora entre ambas candidaturas. “Estamos abocados ya a que la lista de integración se haga a partir de que se conozca el resultado de la votación el sábado”, dice. Junto a él, el regidor sevillano José Luis Sanz advierte de que su candidato “no ha prometido ningún cargo a nadie”, y espera “dejar huecos” en su lista para integrar a miembros del equipo rival.

El ambiente general en el hotel es la incertidumbre. Todos han ensayado cara de poker, todos mantienen una sonrisa etrusca en el rostro y se muestran confiados de la victoria, pero no hay nada seguro. Aunque los barones territoriales ostenten su peso orgánico, este congreso no lo deciden los territorios. La votación del sábado es secreta, los compromisarios serán llamados por nombres y apellidos, y no se conocerá el sentido del voto por provincias ni por comunidades. El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, ha llegado a última hora de la tarde reclamando, otra vez, una lista de integración que ya nadie contempla.

Su número dos, Dolores López, ha avanzado que el “PP que salga de este congreso tendrá que contar por fuerza con el PP andaluz, por tener más afiliados, por ser la agrupación más numerosa y porque seremos los primeros en enfrentarnos a unas elecciones”. La dirección de Moreno lo ha apostado todo a Santamaría. El presidente del PP andaluz no tiene mala relación con Casado, pero sí con Cospedal, con Zoido y con Nieto, que pueden desestabilizar su liderazgo si salen victoriosos de este proceso. La secretaria general del PP andaluz ha asegurado que no teme la victoria de Casado. “Absolutamente ningún miedo. Los dos candidatos tienen claro que Andalucía necesita un cambio de Gobierno después de 35 años de PSOE andaluz, y los dos han dicho que apoyarán a Juanma y que se volcarán en las elecciones”, ha dicho.

Los dos sectores del PP andaluz esperan que el discurso esta tarde de Mariano Rajoy sea “objetivo y neutral”. “Se ha despedido como un señor y lo va a seguir siendo hasta el final”, dicen.