Entre el arbitraje y la Viera-Vitolo dependencia
Una figura viene tomando excesivo protagonismo tras los encuentros de la UD Las Palmas: el árbitro. El monotemático discurso del entorno del club amarillo sobre las actuaciones arbitrales, el cual tuvo su apogeo tras el partido del pasado sábado, le está restando importancia a lo que parece el verdadero problema: el equipo grancanario no da con la tecla si no están Viera y Vitolo.
Ante el Girona el colegiado fue crucificado por el entorno amarillo. No sólo por el mister, lo cual ya no es noticia, sino incluso por la gran mayoría de los jugadores que se prestaron a hacer declaraciones tras el pitido final. Con frases como: “Quien ha dado la vuelta y favorecido la victoria del Girona ha sido el árbitro”, o “los colegiados están jugando con mi trabajo y el de los jugadores”, el técnico de las Alcarabaneras rompía en cólera en la sala de prensa de Montílivi, culpando a Pedro Sureda Cuenca del 4-2 con el que finalizó el encuentro en lo alto del electrónico.
Además de las dudas que ofrecen dichas quejas al ver la repetición de las jugadas, dado que las expulsiones parecen justas -no tanto el primer gol catalán-, el análisis de dicho encuentro debió haberse basado más en la autocrítica que en buscar culpables ajenos al entorno amarillo.
Lo cierto es que el Girona pudo haberse puesto 2-0 en el marcador muy pronto de no ser por la colocación de Pignol y Barbosa. Además, el club amarillo sólo pudo presumir de plantar cara al partido, en un alarde de inspiración, entre el primer y el segundo tanto. Ambos tras un saque de corner, porque de otra manera hubiese estado difícil dadas las carencias creativas del club insular en la zona de tres cuartos. Aspecto convertido en tópico desde que no está la gran dupla ofensiva sobre el terreno de juego.
Al fin de cuentas, al club amarillo se le puso el marcador a favor en dos ocasiones a balón parado y no supo mantener el resultado, recibiendo cuatro goles. Si, las expulsiones mermaron hasta rematar al club insular, pero quizá la bronca no debió llevársela el del silbato, sino los artífices de dichas acciones, que dejaron a su equipo con nueve.
Vicente dice que no tocó al jugador, el video lo contrario. Tanto es así que el club no piensa pedir la anulación al Comité de Competición, dando la espalda a las acusaciones del técnico amarillo. La que si será protestada será la de Diego Herner, quien derriba al contrario con una patada en la zona del pecho cuando éste se va sólo hacia la puerta, pero argumentan que hay falta previa del atacante al intentar controlar el balón. Veremos que decide el Comité, pero no tiene muy buena pinta. De la expulsión de Juan Manuel no creo que haya nada que debatir.
Sea como sea, lo cierto es que la tan famosa Viera-Vitolo dependencia le está ganando la batalla a la conspiración arbitral como causa del bajón en los resultados. Esa cruzada que últimamente se pone por delante, en las salas de prensa, a otros aspectos que sí tienen solución desde dentro.
Para la próxima jornada la UD recuperará a uno, como mínimo, de los integrantes de esa conexión a la que tanto hemos echado de menos. Esperemos que todo vuelva a buen cauce y que el árbitro no se equivoque en exceso, porque si no todo hace indicar que volveremos a los lamentos y miradas hacia otro lado.