Dos penaltis de Sergio González hielan en Granada a un Tenerife valiente

Javi Alonso centra ante Callejón

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tenerife perdió por sus propios errores en una plaza maldita y acabó con una serie de ocho partidos invictos que le devuelven a su realidad esta temporada. Un equipo incapaz, las más de las veces, de evitarse errores con valor definitivo que oscurece cualquier mérito que le oponga. Este viernes, en Los Cármenes, dos penaltis del mismo jugador, este Sergio González incapaz de negociar con calma situaciones de riesgo. Así, dos goles y vuelta a empezar.

Un derribo temprano en el minuto 5 y una mano grosera en una pelota cruzada en el 84 –con el partido abierto todavía a un empate de los blanquiazules– dieron la victoria a un Granada lanzado a los puestos de ascenso que no pudo imaginar un inicio y un tramo final tan plácido. Entre medio, una respuesta notable del Tenerife, que vistas las ausencias de Iván Romero y Aitor Sanz no le perdió nunca la vista al partido.

El equipo de Ramis se entregó sin complejos a un encuentro a campo abierto, arriesgándose a las vueltas de un rival más dotado para la combinación y con delanteros más pegadores. Pero no le pudo al Tenerife ni una noche gélida ni el pedigrí del Granada. Y solo se vio superado en un primer tercio en el que Melendo y Callejón se aparecieron a la espalda de los medios buscando los desmarques de ruptura de Weissman.

Del petróleo que sacaron los locales por esa vía afloró un remate limpio de Weissman (m.15) que le dejó encarado con Soriano. Respondió bien el portero –otra noche sin dudas cuando el Granada se abocó a colgarle balones al área– y no tuvo más trabajo que negociar con el pie lo que llegaba como último defensa.

El Tenerife tuvo capacidad para sobreponerse a la primera herida que se infligió. Aculado por la salida impulsiva del grupo de Paco López –después de una contra en el minuto 2 que negoció Waldo con un centro al que llegó forzado Gallego sin defensa que lo tapara­– hizo su primera aparición trágica. Viniendo de un fuera de juego no señalado, Callejón enfrentó al defensa para regatearlo y se premió con un derribo indiscutible de Sergio. Uzuni hizo el resto batiendo a Soriano.

El 1-0 no cambió el plan de Ramis porque el Tenerife si algo tuvo fue oxígeno para entregarse a un partido de ida y vuelta del que pudo sacar más. Dinámico como pocas veces, competitivo en todas las líneas, el cambio de banda de Teto y Waldo tras el primer sexto –en lo que Javi Alonso y, especialmente, José Ángel ganaban presencia con el medio juego– mantuvo a los insulares en un rol protagonista.

Mejor con balón que defendiendo, el Granada sufrió cuando no pudo arrancar la presión el campo rival. Cuando le cogió resguardado en el suyo, le pasó lo que en la primera vuelta en el Heliodoro. Se agrupa sin sacar el colmillo y termina viviendo de un rival sin letalidad –un remate roscado en el área de Teto en el 43 que le sirvió Mellot– o de una mano salvadora del portero (m45+4) a un tiro seco de Waldo que olía a gol.

Firmó Waldo un partido contradictorio entre ese remate y otro en la continuación (m.55) que volvió a someter a Raúl. Un purasangre para desplegarse en las vueltas, pero una mala decisión tras otra en lo que decidía si un pase a destiempo o un disparo inexplicable. Le puede al extremeño la prisa cuanto más tiempo tiene para decidir.

De vuelta de la pausa pudo empatar el Tenerife con su ocasión más clara –salvo el no gol de Elady–, una aparición de Teto a la espalda de Gallego (m.51) que resolvió con otro tiro mordido, blando para Raúl. Con todo, el chico respondió en su regreso a la titularidad. De menos a más, en cuanto se quitó de encima el miedo escénico anduvo eficaz en los duelos, cuando no con sus apariciones en el área.

Ramis mantuvo la chispa activa con un triple cambio que no aflojara el nivel de intensidad. Delante (Mo Dauda, intrascendente, por Garcés), en la banda (Elady por Teto) y en el acompañamiento de Jurado –una noche espléndida que refrenda su valía cuando no se pierde en las entradas a destiempo–, un empeño cierto premiado con una volea soberbia y a pie cambiado de Elady (m.67) que el árbitro anuló por fuera de previo y el VAR refrendó después de tres minutos de suspense. En apariencia, alimentando otra polémica de este fútbol hiper tecnológico, sin un tiro de cámara adecuado para un juicio justo.

Incluso sin premio el gesto soberbio de Elady, no renunció el Tenerife con media hora por delante hasta que se presentó Sergio con su segundo acto trágico (m.81), ahora una mano para despejar una pelota cruzada al área que peleaba con Weissman. Tan brillante para negociar pugnas con el delantero jugando de espalda, tan correcto en el juego posicional, le surge una duda incomprensible –y le asoman los brazos– en estas situaciones.

El error de Sergio agrandó la cuenta de Uzini y la herida del Tenerife. Y ahora sí, le sobró un cuarto de hora de sufrimiento inmerecido. Granada seguirá siendo un destino maldito y alimentará la superstición de que ciertos campos, para ciertos equipos, es mejor no pisarlos. Este de Los Cármenes uno de ellos.

(2) GRANADA CF: Raúl Fernández; Ricard (Quini, m.34), Miquel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Nieva; Pol Lozano, Bodiger (Meseguer, m.70), Melendo (Bryan Zaragoza, m.70); Callejón (Diedhiou, m.84), Weissman (Víctor Díaz, m.84) y Uzuni.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot (Aitor Buñuel, m.88), Sergio González, José León, Nacho; Teto (Elady, m.64), Javi Alonso (Álex Corredera, m.64), José Ángel, Waldo (Dani Selma, m.88); Borja Garcés (Mo Dauda, m.64) y Enric Gallego.

GOLES: 1-0, m.7: Uzuni, de penalti. 2-0, m.83: Uzuni, de penalti.

ÁRBITRO: Andrés Fuentes Molina (Comité Valenciano). Amonestó a Ricard en el banquillo (m.75) y a Bryan (m.90+8) y a los visitantes Mellot (m.55), Sergio González (m.89) y Elady (m.90+8).

INCIDENCIAS: Partido de la vigésimo séptima jornada de LaLiga SmartBank 22-23 disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 13.333 espectadores, unos cincuenta, seguidores del Tenerife.

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