El Rayo trunca la buena marcha amarilla
La UD Las Palmas salió desde el primer minuto a plantar cara al colíder de la categoría. Se esperaba un Rayo agresivo, ya que muchas de sus opciones de ascenso pasan por Vallecas. Sin embargo, los amarillos se plantaron bien sobre el terreno de juego, presionaron a su rival, y le pusieron en más de un aprieto, según narra la crónica del partido la web de la UD Las Palmas.
Fue un encuentro sobre todo atascado, de poder a poder en el que ninguno cedió centímetros de terreno de juego, y así lo demuestran las seis tarjetas que el vasco Segués Oscoz tuvo que mostrar durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Dos por bando grancanario, las dos primeras amonestaciones del encuentro, y cuatro para los madrileños, las siguientes.
El Rayo demostró su potencial ofensivo en medio de la presión amarilla. Fue un toque de Aganzo al borde del área, que habilitó sutilmente a Armenteros para dejarle frente a Barbosa, pisando la línea de área. El punta rayista no pudo armar un buen disparo y el guardameta amarillo atajó a un lado. Fue la ocasión más peligrosa de los locales hasta el descanso, aunque la sensación de peligro fue constante.
Los de Rodríguez cedieron a su ímpetu inicial tras unos minutos para volver a recuperarlo conforme se llegaba al descanso. En las botas de Pedro Vega recayó gran parte del peligro grancanario. Un disparo desde 30 metros a punto estuvo de sorprender a Dani y, dos minutos antes del descanso, una magistral falta provocó al guardameta local una estirada agónica para despejar a saque de esquina.
El segundo tiempo volteó las tornas. El Rayo salió a por todas desde el primer minuto y no dejarse sorprender por el equipo grancanario, que se vio obligado a ceder metros por la presión ofensiva local. Siguió la intensidad en el terreno de juego, que propició tres amonestaciones más, en apenas seis minutos. La tercera de ellas para Pedro Vega, por derribar en área propia, a un jugador rival, con el consiguiente penalti.
Aganzo, del infierno al cielo
David Aganzo comprobó las dos caras del fútbol en apenas minutos. La primera, la amarga, tras errar la pena máxima con la que había sido beneficiado su equipo. Detuvo Barbosa y el rechace, lo estrelló Armenteros en el poste, con todo para marcar. Sin embargo, el delantero rayista se redimió minutos más tarde, tras recibir un medido centro del mismo Armenteros que alojó tras un gran salto, de cabeza, en la red amarilla.
La UD Las Palmas acusó el golpe en los primeros minutos pero, conforme avanzó el cronómetro, los de Rodríguez fueron ganando metros y creando ocasiones, aunque de forma muy esporádica. Una voluntad de igualar el partido espoleada por el entrenador, que efectuó tres cambios ofensivos, con el paso de los minutos con la entrada de Guayre, Quiroga y Quero.
Precisamente esas sustituciones dispusieron de las dos ocasiones más peligrosas para nivelar la balanza. El delantero de La Isleta intentó un remate, duro y seco, que puso en más de un aprieto a Dani Giménez. Aunque la más clara fue para Quiroga, en un poderoso salto que ganó al portero y defensa, pero su remate se marchó rozando uno de los postes de la meta rayista. En el contragolpe, pudo marcar la sentencia Susaeta, pero casi a puerta vacía, mandó al lateral de la red.
Con la UD Las Palmas volcada en el ataque en busca de un empate a la desesperada, recibió el segundo tanto. Cinco minutos de descuento, Delibasic capturó un balón, se marchó al área rival y sentenció batiendo de disparo raso a Barbosa.