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El 'Team New Zealand' iguala la serie a uno tras derrotar al 'Alinghi'

El Team New Zealand logró este domingo empatar a una victoria la serie a nueve regatas que disputa con el suizo Alinghi por la Copa del América de vela, con un triunfo que se fraguó en la segunda ceñida de la prueba, en la que Dean Barker, su patrón, dio una lección de navegar y demostró que esta edición de la Copa no tiene un favorito tan claro como parecía tras lo visto el sábado.

La primera de las regatas disputadas, ganada por autoridad por el barco defensor de la Copa, el Alinghi dejó la sensación que esta trigésimo segunda edición de esta competición se iba decidir por la vía rápida, con un contundente 5-0 tal y como pasó en la anterior disputada en Auckland.

Sin embargo, los kiwis se encargaron este domingo de echar por tierra esos malo augurios para sus intereses y con su brillante victoria de hoy dejan claro que el vencedor final no esta tan claro como parecía.

Los neozelandeses navegaron dos rumbos y medio a la popa de su rival, pero cuando tuvieron su oportunidad la aprovecharon y demostraron que van a dar mucha guerra.

En la presalida el Alinghi trató de mantener bajo control a su rival, virándole constantemente en la proa, lo que provocó que los kiwis izaran la bandera de protesta hasta en tres ocasiones, todas desestimadas por los jueces.

Al final, el velero desafiante logró zafarse de la presión suiza y cruzó la línea de salida cerca del barco comité con tres segundos de ventaja sobre el Alinghi, que se quedó, tal y como ocurrió en la primera regata, a sotavento de los neozelandeses.

De nuevo la velocidad del barco defensor fue determinante. Poco a poco pero sin descanso los suizos anularon la escasa ventaja que llevaba su rival y pasaron a controlar las acciones.

Dean Barker, caña del Team New Zealand buscó nuevas opciones despegándose de su rival al marcharse hacia el lado derecho del campo de regatas, lo que provocó que los dos veleros navegaran con mucha separación lateral.

Con una ventaja de unos 60 metros a favor del Alinghi, los kiwis cambiaron de bordo y cruzaron la popa del velero defensor, que se limitó a controlarlos para doblar la baliza de barlovento con 19 segundos de ventaja.

En la empopada ambos patrones buscaron la mayor presión de viento en el campo de regatas y enviaron a uno de sus hombre a lo más alto del palo para buscar el mejor viento. Con todo, el Alinghi continuó demostrando su velocidad y en poco tiempo se distanció de su rival para situarse con más de 100 metros de ventaja.

Los neozelandeses se mantuvieron en el lado izquierdo del campo de regatas y aunque lograron reducir algunos metros su desventaja, doblaron la baliza de sotavento con 13 segundos de retraso.

La segunda ceñida la situación dio un vuelco completo. Dean Barker y su táctico Terry Hutchinson destaparon el tarro de las esencias y con una táctica agresiva, de libro, logró alcanzar a los suizos manteniéndose amurados a babor y colocándose a barlovento y sobrepasarles poco antes de la mitad del recorrido.

El patrón neozelandés no dejó nada al azar. Desde su posición de dominio fue empujando poco a poco a los suizos hacia la layline hasta sacarle fuera del campo en un largo bordo. Un ligero role de viento benefició aún más a los kiwis, que aumentaron su ventaja hasta llegar a la boya, que remontaron con 15 segundos por delante de su rival, o lo que es lo mismo, fueron 28 segundos más rápidos en este tramo.

La empopada comenzó con un escenario hasta ahora no visto, con los neozelandeses claramente por delante del Alinghi y respondiendo a la perfección a las trasluchadas de su rival, que con un hombre en el palo buscaba desesperadamente una mayor presión de viento que les permitiera dar un vuelco a la situación.

Barker no se dejó sorprender y mantuvo la iniciativa todo el recorrido, con perfectas trasluchadas por delante de su rival, que no lograba encontrar la forma de sacar ese plus de velocidad necesario para cambiar la situación.

Al final, los neozelandeses cruzaron la línea de llegada con 28 segundos de ventaja sobre su rival, demostrando que los suizos no son invencibles y que el nombre del próximo poseedor de la Copa va a tardar en decidirse.

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