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Un estudio inédito descubre aspectos de la presencia británica a través de los cementerios protestantes en Canarias
El día 20 de abril tendrá lugar en la Casa de Colón, a las 20.00 horas, la presentación del libro titulado Historia en la piedra. La escritura última en los cementerios ingleses de Canarias, del historiador y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Manuel Ramírez Sánchez.
En la presentación del mencionado volumen que edita Dikynson SL estarán presentes el director general de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, la directora de la Casa de Colón, Elena Acosta, y el propio autor de esta obra que se detiene en sus más de doscientas páginas a analizar la presencia británica en las Islas Canarias a través del estudio inédito de los monumentos funerarios que se conservan en los tres cementerios protestantes que existen aún en el Archipiélago.
El estudio de estas escrituras últimas, siguiendo la definición del paleógrafo italiano Armando Petrucci, permite conocer al lector desde una perspectiva nueva la evolución de la actitud ante la muerte de la comunidad británica residente en un país católico como España, desde la época victoriana hasta mediados del pasado siglo.
A través del análisis de sus inscripciones, pero también del simbolismo de los propios monumentos, en su mayoría importados del Reino Unido, según el historiador Manuel Ramírez, es posible reconstruir las historias personales, pero también las mentalidades de aquellas personas que descansan en paz en un territorio muy alejado del que les vio nacer.
Ramírez, cuyas líneas de investigación se centran en el estudio de la epigrafía hispánica en época antigua, así como en la recuperación de los modelos epigráficos romanos durante el Renacimiento, ha dividido su libro en ocho bloques temáticos a los que suma un bloque de conclusiones y abundante bibliografía, así como un índice de marmolistas y talleres dedicados a realizar en la época los monumentos funerarios de los británicos fallecidos.
Profesor titular de Ciencias y Técnicas Historiográficas en la ULPGC, el especialista grancanario ha trabajado varios años en este libro que incide en tres camposantos canarios: el cementerio inglés de Puerto de la Cruz, el de Las Palmas de Gran Canaria, el más extenso de todo el Archipiélago, y el de Santa Cruz de Tenerife. Su estudio pormenorizado se presenta de forma organizada, tanto geográficamente como topográficamente, siguiendo las pautas establecidas por el Council for British Archaeology y el consorcio British Heritage.
El interés de Ramírez Sánchez por el estudio de las escrituras expuestas, desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna, le ha llevado a interesarse por el estudio de las inscripciones en contextos cronológicos más recientes, siempre desde la perspectiva de la historia social de la cultura escrita.
El historiador señala que la catalogación de todos los epitafios y sepulturas de los cementerios británicos en las Islas permiten “comprobar cómo la élite o la burguesía inglesa de la época utiliza esos espacios de memoria como una forma de autorrepresentación de las propias familias y de su carácter comercial. Y en Canarias tenemos muy buenos ejemplos, en familias como los Miller, Swanston o Hamilton, entre otros, que permiten hacer un estudio sobre sus epitafios. Y como historiador comprometido con la defensa del patrimonio y viendo las perspectivas futuras, son espacios a los que no les estamos sacando rentabilidad alguna, ni social, ni patrimonial ni turística. Hay todo un desarrollo del turismo de cementerios o lo que se ha dado en llamar Dark Tourism”, agrega.
Ramírez Sánchez advierte que los monumentos británicos de nuestros cementerios están hechos de materiales traídos de ciudades como Liverpool, Southampton, Londres, Aberdeen… “Es una muestra clara de la mentalidad victoriana de la época, son ingleses que viven en una tierra que no es suya y se consideran ingleses hasta después de la muerte. No se colocan bajo una sepultura hecha por un labrante canario, sino bajo un monumento de mármol traído de la metrópoli. Tiene que ver con su mentalidad, lo que llamamos ”historia de las mentalidades“. Hay buenos ejemplos de monumentos fúnebres que están hechos por marmolistas locales, y uno de ellos que he recuperado es Enrique Wiott, cuyo descendiente fue alcalde de esta ciudad. Era un italiano afincado en la isla que montó una empresa de mármol y se dedicaba a tallar y hacer lápidas, y es sin duda el mejor marmolista porque es el único que trabajaba para ellos”, explica el historiador.