La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

40 años de Ciencias del Mar y la Economía Azul

3

Hace 40 años, investigadores y expertos en Ciencias Marinas, convencidos de que el estudio del mar iba mucho más allá del aspecto estrictamente biológico, impulsaron la creación de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Hoy, cuatro décadas después, se ha convertido en una referencia indiscutible en las Ciencias Marinas en España, no sólo por ser la Facultad decana del país sino porque su profesorado destaca en el contexto de la ciencia española e internacional.

El tiempo le ha dado la razón a su iniciativa porque la visión integrada del océano desde la física, la química, la geología o la biología ha generado un caudal de conocimiento del que nuestra Facultad ha sido protagonista y pionera. Durante este tiempo, el excelente equipo de investigadores y docentes de la Facultad nos ha proporcionado avances significativos en acuicultura, oceanografía, geología marina o análisis de la contaminación.

Pero no se han recluido en los laboratorios o en misiones exclusivamente científicas, sino que se han convertido en un referente social al asesorar a instituciones como la nuestra o a empresas del sector. Y este trabajo emprendedor y visionario ha sido fundamental para que un territorio insular y archipielágico como el nuestro afronte con optimismo las enormes oportunidades que ofrece el mar y la costa que nos rodea.

Y es que es urgente orientar la investigación y el desarrollo de la economía azul como una de las palancas de un desarrollo respetuoso con el planeta. La comunidad internacional reconoce ampliamente la importancia de los océanos para el desarrollo sostenible. Los propios Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, impulsada por la ONU, así lo establecen y una de las 5 Misiones que se ha planteado la UE para el 2030 está directamente vinculada a la calidad de los ecosistemas marinos.

Pero los océanos se enfrentan a grandes amenazas como el cambio climático, la contaminación, la pesca intensiva, la degradación de hábitats o la pérdida de biodiversidad, por nombrar algunas de las más relevantes. Estas, a su vez, amenazan la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras.

Muchos desastres naturales de los que somos testigos, como tormentas devastadoras, huracanes y tsunamis, se originan en los océanos. Estas catátrofes pueden poner en peligro décadas de progreso y desarrollo al dañar las infraestructuras y obligar a destinar los recursos financieros y humanos a responder a las amenazas y a hacer frente a la recuperación y reconstrucción.

El océano que circunda la región macaronésica es excepcionalmente rico en biodiversidad, sustenta economías marinas en crecimiento y brinda medios de subsistencia y seguridad alimentaria a millones de personas. Pero también debemos ser conscientes de nuestra vulnerabilidad: el previsible aumento en el nivel del mar y la acidez y el ascenso de la temperatura, van a afectar a los ecosistemas costeros y marinos, las actividades económicas, las comunidades costeras y a generar consecuencias críticas para la salud pública.

El papel clave de los océanos en el calentamiento global y los fenómenos climáticos adversos requiere que profundicemos con rotundidad en nuestra comprensión del comportamiento de los océanos y su relación con la atmósfera y la tierra, para predecir y mitigar de manera efectiva tales fenómenos naturales.

Por ello desde el gobierno del Cabildo de Gran Canaria nos hemos fijado como prioridad el impulso de todas las iniciativas relacionadas con la economía azul, en estrecha colaboración con las entidades investigadoras y los agentes económicos. Somos conscientes de que esta orientación es cada día más importante, en la medida que los océanos, los mares y las zonas costeras forman un componente integrado y esencial del ecosistema de la Tierra.

Tal y como aseguraba al principio del artículo, este impulso es posible por la existencia de la propia Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de la Facultad de Ciencias del Mar y de otras entidades punteras que están radicadas en nuestra isla y más concretamente en el Puerto de Taliarte, un polo de desarrollo azul que está impulsando el Cabildo grancanario con una inversión de más de 14 millones de euros. Me refiero al Banco Español de Algas, el Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA), el Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global o la Plataforma Oceánica de Canarias…

Y este impulso se centra en políticas reales, con inversión pública potente y con iniciativas muy prometedoras en marcha, además de la del Puerto de Taliarte. El Cabildo de Gran Canaria y el Ministerio de Ciencia e Innovación establecieron en 2017 el “Programa experimental e integral de actividades de I+D+i ligadas a la explotación de los recursos marinos insulares”, que cuenta con un presupuesto de 10,5 millones de euros con horizonte temporal en 2023 y que nace con el objetivo de fomentar el desarrollo económico y social basado en áreas relacionadas con los recursos marinos de Gran Canaria.

Esta iniciativa ha permitido desarrollar diferentes líneas de actuación, como inversiones en infraestructuras y equipamientos de entidades tecnológicas, financiación de proyectos de investigación aplicada y desarrollo tecnológico y experimentación o contratación de personal altamente especializado y jóvenes investigadores/as para el desarrollo de proyectos de I+D+i.

Estamos hablando de ámbitos tan importantes como la búsqueda de soluciones innovadoras para la desalación de agua de mar, incubadoras de alta tecnología marina y acuicultura o programas formativos en materia de energía eólica marina que, además, han permitido la contratación de jóvenes investigadores/as y que también ejercen como potente sector de atracción de inversiones privadas innovadoras.

Tenemos la oportunidad de desarrollar una economía azul sostenible y Gran Canaria puede y debe ser un laboratorio ideal para demostrar que no hay transición verde sin economía azul. Eso es lo que estamos intentando demostrar y el legado que queremos dejar a las generaciones futuras.

Y sin duda en este momento de singular relevancia, los 40 años de la Facultad de Ciencias del Mar, su conocimiento, investigación, sus expertos y su experiencia, son un pilar fundamental. Estoy convencido de que la colaboración entre instituciones públicas, con la participación de entidades privadas como el Clúster Marítimo y empresas o actividades tradicionales ligadas a la economía azul, va a ser un ejemplo que va a posicionar a Gran Canaria como una referencia internacional en la protección de su océano y el desarrollo sostenible vinculado al mar. Conseguir la declaración como Parque Nacional de Guguy con 7.000 hectáreas marinas va a contruibuir, y mucho, también a hacerlo posible.  

Etiquetas
stats