Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Usted abusó

0

Cuando se habla de los abusos de la Iglesia en estos tiempos solemos pensar primero en la pederastia pero olvidamos otro tipo de abusos como el hacerte con propiedades que no son tuyas. O sea, lisa y llanamente robar por todo el morro. 

Las inmatriculaciones que permitió Aznar hicieron que la Iglesia Católica se atribuyera propiedades inmobiliarias que jamás le pertenecieron y que le convirtieron en una institución más rica de lo que ya era. Así la Conferencia Episcopal se fue haciendo con multitud de edificios que no eran suyos, desde la Mezquita de Córdoba por la que percibe millones de euros cada año solo con la entrada de los visitantes, hasta fincas y casas e incluso parques. 

A la iglesia se le reprocha específicamente estas conductas porque son contrarias a lo que predica. Es de primero de catecismo que no se puede abusar de los niños ni se puede robar codiciosamente bienes ajenos. Sin embargo, la Iglesia lo ha hecho y esta misma semana ha reconocido que tiene un millar de propiedades inmatriculadas en su beneficio sin ningún fundamento legal. 

A los notarios les dio igual registrar esas propiedades ajenas a nombre de la Iglesia. Seguramente el domingo siguiente fueron a misa, se confesaron y comulgaron como hacían siempre.

Estas conductas de la Iglesia son especialmente reprobables porque nada tienen que ver con el Evangelio ni con su doctrina. Algunos de sus popes han querido escurrir el bulto y explicar los abusos a niños con el pobre argumento de que esta entidad no es la única en la que sus miembros se han dedicado a fastidiar la vida eterna de muchas personas que ya hoy son adultas y que sufren silenciosamente lo que no está escrito.

Desgraciadamente es verdad que la pederastia no es solo un delito cometido por miembros de la Iglesia pero en su seno suena aún más aberrante por su inmensa hipocresía. 

En los últimos tiempos la Iglesia ha quedado muy tocada por el delito continuado de muchos de sus componentes y por la permisividad de sus jerarcas. Es un problema no solo de la Iglesia española sino de la Iglesia universal. 

No sé cómo llamará el obispo de Tenerife a este vergonzoso y abyecto delito. Desconozco si para él es un pecado mortal o es más letal la homosexualidad que tanto denostó recientemente. 

Estos delitos eclesiales nos retrotraen a la época más oscura de la dictadura franquista con el tétrico nacionalcatolicismo. Igual que las inmatriculaciones, aunque el que diera luz verde a esta aberración se llama José María Aznar, el del trío de las Azores, que todavía anda por ahí pontificando sobre lo humano y lo divino (nunca mejor dicho) mientras sigue buscando las armas de destrucción masiva de Irak en desiertos remotos y en montañas lejanas... y nevadas. 

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats