Espacio de opinión de Canarias Ahora
Acogida pródiga
Imagínense pues un chalé cercano a Los Rodeos, donde el clima, pese al fresquito, es de los más sanos del Archipiélago. Esa bonita y amplia edificación, que se diría residencia de algún potentado, es, en realidad, un centro de acogida de menores inmigrantes. Allí son atendidos doce muchachos subsaharianos en calidad de eso, de menores, aunque se pueda sospechar que alguno de ellos, de ser otras las circunstancias y nacionalidad, ya habría cumplido con creces el antiguo servicio militar obligatorio (mili, en lenguaje popular).
Alrededor de esta docena de acogidos trabajan las siguientes personas, como mínimo: una directora de la casa, tres guardias privados de seguridad que se turnan, dos cocineras y una limpiadora. La relación entre atendidos y atendedores resulta verdaderamente generosa. Y, si esto fuese siempre así ?este no es el único caso, pero hay otros que, obviamente, se apartan del modelo del que gozan estos afortunados inmigrantes- sucedería que la inmigración irregular es una poderosa fuente de empleo y hasta se podría inferir que gracias al fenómeno migratorio nuestras cifras del paro no son más altas de las que tanto nos preocupan en la actualidad.
Pero, es que si, además, tenemos en cuenta que en alguna parte deben comprar las cocineras de mi narración las viandas para preparar los desayunos, los almuerzos, las meriendas y las cenas a sus gratuitos clientes (comidas de las que uno supone se beneficiará también el personal), si consideramos que hay que comprar ropa para los muchachos, que el chalé requiere un mantenimiento, etcétera, nos encontramos con que solamente ese pequeño centro genera o por lo menos permite la existencia de otros muchos empleos indirectos y el sostenimiento de buena cantidad de negocios en torno a su simple actividad doméstica.
Para centros mayores, aunque, quizá, no tan exclusivos, imaginemos el dinero que se mueve por entre los vericuetos de las empresas de seguridad, los servicios de comida masiva, las lavanderías, las compañías de limpieza y demás?
La situación, en la que apenas cae uno ni se para a pensar, permite dudar acerca de la sinceridad de demasiada gente cuando pide airada constantemente poner fin a la inmigración, porque si, de verdad, se terminase con ella, también se les acabarían a muchos unos chollos en los que casi nadie repara. Pero, que ahí están, palabrita del niño Jesús.
José H. Chela
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0