Los ayuntamientos y la crisis económica

Ante la evidencia. Sólo vemos una salida: pedagogía y transparencia. Hay algunos alcaldes que ya han iniciado la campaña de información, y es de agradecer, pero el tacto no ha sido bueno, que digamos. No podemos decirle al ciudadano que los servicios se van a restringir, y regar las calles del municipio con un desplegable a todo color, en el que se cuenta la “Fuerza” que tiene el gobierno municipal; y, es que ni las siete estrellas verdes, el Sí queremos, Sí podemos, van a contentar a los ciudadanos que, gracias a la Sra. De Luis, Consejera de Educación, las nuevas generaciones serán “bilingües”, pero que en éste caso podrían ser “lenguas bífidas, por aquello de la inoportunidad del masivo reparto, que desgraciadamente ”embellecen“ las calzadas y aceras de los núcleos más poblados, de su municipio.

Pedagogía sí, propaganda no, y más cuando las carencias de sus convecinos, son palpables. Tampoco sería válido que la oposición hiciera de éste torpe acto, bandera de sus críticas y reinvidaciones; pues ya sabemos de que “pata cojean” aquellos que critican la gestión, y que de una forma u otra han sido participes de un presunto reparto de frutas y hortaliza, aún en la memoria de todos los ciudadanos; y más triste aún, que ya hayan costado vidas. La transparencia también es necesaria, y nunca más oportuna una acuñada frase de un estimado amigo: “Que me lo piquen menudito, que le quiero para la cachimba” y es que ahora no vale aquello de: Obras son amores y no buenas razones“ pues razones más que suficientes hay, para que volvamos al sendero de lo practico, y poner en funcionamiento las neuronas, que son buenas, para conseguir vías de financiación, que no sean un agravio comparativo, para la mayoría de los ciudadanos. No es de recibo que el ”Parque Inmobiliario“ de los municipios, después del boom del cemento, aún haya un alto índice de opacidad, a la hora de declarar catastralmente las viviendas, por muy libres o vacías, que se encuentren. De la misma forma, y transitoriamente, mientras las arcas se saneen, cabría gravar el I.B.I de la segunda vivienda o viviendas en explotación, como a Vds. les guste. Otra vía de financiación estaría en nuevas Ordenanzas, por ejemplo: Telde carece de una Ordenanza que grave la publicidad estática; teniendo como tiene, unos cuantos Km de autovía que atraviesan su municipio, y que está ”erizada“ de publicidad, a ambos lados de la vía. Incrementar el impuesto a las vehículos de alta gama, pues se entiende que sus propietarios, tienen poder adquisitivo, no vayamos a gravar al utilitario que usa el currante, como hiciera en su día, nuestro presidente Zapatero, con la ”Bonificación“ de los 400? que también incluyó al Sr. Botín y sus adinerados cuenta corrientitas.

Se que más de uno, dolido por su situación, arremeterá contra los Cargos Públicos y personal de confianza, por lo que supone de “lastre” para ese tan “manoseado” capitulo/1 de los presupuestos de nuestros municipio; pero de la misma forma transitoria, cabría reducir las nóminas de nuestros Representantes Municipales, un 5 o 10% que, aparte de “participar” en la crisis, nos daría una ocasión para que los que tanto critican, tengan que razonar sus posiciones. Del segundo escalón de esa Administración paralela, que son los “Asesores” o Cargos de Confianza, sugiero crear un “Gabinete de Expertos” que de forma transitoria, lleve adelante la labor de los hombres y mujeres en la sombra, que, en muchas ocasiones, brillan por su ausencia. Y si lo que digo duele, dense un “paseíto” por nuestro primer ayuntamiento, y observará el overbooking de personal con despacho, pero eternamente deambulando.

Soy consiente, que lo expuesto dará para mucho debate, y más de uno, se acordará de mi querida madre, pero entiendo que la situación es grave, y ante la gravedad, sólo cabe sacrificio; pero no sólo de una parte, si los gobiernos municipales, quieren el apoyo de sus conciudadanos, deberán compartir con ellos el “apriete de cinturón” que el momento demanda.

Antonio Ortega Santana