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Espacio de opinión de Canarias Ahora

Una buena oportunidad para el PSC (I)

Eduardo González / Eduardo González

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Callé incluso cuando dimití de Secretario General del PSC, producto de serias discrepancias con muchos de los actuales dirigentes y sus métodos de dirección. Y eso que después de visto lo visto, podría reivindicar que la razón me asistía. Pero no es momento de ajustar cuentas, nunca ha sido mi intención y seguiré con la misma tónica.

En cambio, ahora se trata de dar mi opinión y contribuir al debate en la elección de un nuevo Secretario General regional, y del rumbo que debe adoptar el PSC para los próximos tiempos.

Pues bien, podríamos decir que estamos ante “una buena oportunidad para el PSC. Confío en que no la desaprovechemos. El debate que se ha venido produciendo en los últimos tiempos, tal como se recogía en los medios, supongo que simplificado, nos proponían, de parte de unos: una guerra sin cuartel al gobierno actual; de los otros: que querían pactar con ATI para tocar poder. Pues bien, este tipo de debate, planteado en estos términos, es completamente inútil y lesivo para el futuro. En la primera opción, nos condena a la oposición permanentemente y encima ayuda a solidificar el actual pacto, beneficiando claramente al PP; y la segunda opción, si pactábamos con ATI éramos unos entregados, vendíamos nuestra alma socialista por pisar moqueta. Total, un dislate.

Creo que la labor de oposición que ha mantenido el grupo parlamentario en relación al gobierno ha sido la correcta. Era y es necesaria una confrontación clara y diáfana con este pésimo gobierno que padecemos. Un gobierno agotado y que en su acción política ha beneficiado esencialmente a un grupo pequeño del empresariado. Que ha incrementado las enormes desigualdades en la sociedad canaria. La riqueza no ha llegado a todos los ciudadanos.

Sus políticas de corte neoliberal, se han dedicado a deteriorar el Estado de Bienestar canario, que al no financiarlo convenientemente, -esclarecedor de cómo piensan es el recorte en el presupuesto de este año en Sanidad y Educación-, ofrece unos servicios públicos pésimos a la población, y más a más (que dicen los catalanes) han primado los conciertos con clínicas privadas (Hospital del Sur) y con colegios concertados, en lugar de mejorar la pública con más y mejores inversiones.

El escaso, por no decir nulo entusiasmo por poner en práctica el cuarto pilar del Estado de Bienestar con la Ley de Dependencia donde ocupamos la cola de las concesiones de todo el país, 0,32% de las personas dependientes. Una auténtica vergüenza. Son agentes nocivos y perniciosos para los canarios y las canarias.

Y por último, ejercen una manera de gobernar que no evita las malas prácticas políticas. Canarias es una de las regiones españolas con más políticos y funcionarios públicos imputados. Lo que redunda en una mayor pérdida de la calidad de la democracia. ¡Vamos, una joya de gobierno!

Creo que los ciudadanos canarios empiezan a estar hartos del maridaje obsceno del poder empresarial y la clase política. Y le han tomado la matrícula a Paulino y a Soria.

Ha llegado la hora de que se piensen en los canarios (y no se utilice el nombre de Canarias en vano), y se comience a gobernar para todos, especialmente para los asalariados, trabajadores y clases medias, y con una atención especial para los que menos tienen.

Yo creo por tanto, que ante el agotamiento del gobierno actual, el PSC tiene una buena oportunidad ante sí, que rompa la hegemonía de la derecha y que realice una política radicalmente distinta de la actual.

Pero para eso, en mi opinión, el PSC debe de hacer los deberes. Porque cuando los ciudadanos canarios no confíen más en la derecha, en sus dos versiones, y miren una posible alternativa, vean un partido socialista, serio, ordenado, unido y cohesionado, con determinación y ganas, y con un proyecto político alternativo claro y diáfano al existente.

Es decir, un partido ordenado, cohesionado, unido, con determinación y ganas. No significa un partido uniformizado, sin debate ni cauces de participación y decisión y/o de un partido donde la democracia interna se haya sustituido por la exclusiva voluntad del líder, todo lo contrario. Desde luego, que yo conozca, nadie se afilia aun líder, se afilia aun partido, a una idea, a una ideología.

No podemos fiar la suerte de una organización, ni por supuesto la suerte de los ciudadanos a la voluntad del líder de turno, o a que este anteponga su ambición personal por encima de la organización y, lo que es peor, por encima de los ciudadanos a los cuales les pedimos el voto y representamos. Esto no quiere decir que los dirigentes, (prefiero siempre la palabra dirigente), no sean necesarios, que lo son, y aportan por su valía personal. Y si además suman y no restan, mejor que mejor. Sería conveniente que el compañero que sea elegido sea reflejo de la voluntad colectiva de los socialistas canarios y no al revés.

Un partido cohesionado, no significa sumiso ni callado, sino participativo y democrático. Donde la unidad sea el producto del debate y del acuerdo interno en la elaboración del proyecto y de las personas que nos tienen que representar ante la sociedad canaria. Un proyecto compartido y asumido por toda la organización es la primera condición para ganar la confianza de los ciudadanos.

Un partido con un proyecto alternativo claro y reconocible. Sólo tiene sentido la existencia de una organización socialista si esta es socialmente útil. Y a ello tenemos que aplicarnos. Con un proyecto que alumbre un programa de gobierno que se decante por políticas especialmente dirigidas a paliar las enormes brechas económicas y sociales que se han ido acumulando durante estos años de gobierno de la derecha. Una mayor redistribución de la riqueza que llegue a todos los canarios.

Un programa que favorezca la competencia y la trasparencia de la actividad económica en Canarias. Más competencia y más transparencia en el mercado, pues éste se sostiene en buena medida con dinero público. La actividad económica canaria depende para su funcionamiento de ayudas que proceden de los fondos europeos y españoles, de ayudas directas e indirectas, de regímenes fiscales especiales para las propias empresas. Eso no debería modificarse, se necesita. Pero al mismo tiempo, nuestra función como socialistas es mirar por el dinero público, como se gestiona, como se gasta, si se dirige correctamente al fin para el cual fue creada esa ayuda y si llega, de una forma o de otra al conjunto de los canarios o se queda por el camino.

Ha venido ingentes cantidades de dinero a nuestras islas, los empresarios se han ahorrado miles de millones de euros en impuestos de todos los españoles y en cambio, como resultas de esas políticas se ha producido en Canarias en los últimos años la mayor acumulación de la riqueza en poquísimas manos, al mismo tiempo que se ha incrementado las desigualdades económicas y sociales de manera exponencial, con una perdida de poder adquisitivo de los canarios, del poder real de los salarios, y con un evidente deterioro del Estado de Bienestar, dando como resultado uno de los peores servicios de toda España. No quiero recordar cifras y datos, sería tan abrumador que daría hasta vergüenza

No estamos a favor de ponerle obstáculos a la labor empresarial, todo lo contrario, estamos por favorecer el despliegue y la prosperidad del tejido empresarial, pero no estaremos a favor de que esta se desarrolle a base de pelotazos financieros y económicos; no nos gustan las actividades empresariales que dependen casi en exclusiva del dinero público y que por esa razón intentan influir en las instituciones y en sus representantes, con prácticas de dudosa legalidad, cuando no claramente ilegales, que además perjudican a los propios canarios y a la calidad de la democracia.

Segundo: redistribución. Invertir en lo público y en políticas sociales. Por tanto, convertir el desarrollo del Estado de Bienestar en Canarias, Sanidad; Educación; servicios sociales como la Ley de Dependencia en una prioridad. Es en el espacio público donde se puede hacer efectiva la igualdad, la esfera de lo privado es el reino de la desigualdad. Las mujeres trabajadoras tendrían mucho que decir en lo tocante a las condiciones de su trabajo en lo público en contraposición con el privado.

Que se nos reconozca socialmente útil es lo realmente importante para que los ciudadanos de canarias nos otorguen su confianza. Por esto es inútil el debate que se está librando en el seno del PSC. En mi opinión la misión del PSC ahora es hacer un Congreso ejemplar en cuanto a su celebración, sin rifirrafes ni descalificaciones, con un debate leal y entendible entre los candidatos. También sería igualmente democrático el acuerdo sobre una sola candidatura.

Esto es lo importante, y lo demás, incluida la política de alianzas es secundario. Serán en última instancia los canarios y canarias, observándonos, y ganándonos su confianza, quienes decidan donde nos colocan una vez celebradas las elecciones. Dedicar tiempo a la discusión de si pactamos o no pactamos, es una soberana estupidez y una perdida de tiempo. Nosotros, mientras tanto, no debemos aflojar un punto de la forma de oposición que se ha venido realizando por el grupo parlamentario a este impresentable gobierno que padecemos.

* Ex secretario General del PSC de Gran Canaria.

Eduardo González*

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