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Están crecidos

Eduardo González / Eduardo González

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Como dice el Ministro de Finanzas italiano, “Nadie está libre del peligro aunque viaje con billete de primera”, para a continuación añadir “La extensión de la crisis es sistémica y la solución solo puede ser común y política”. Berlusconi ataca a las agencias de calificación. Merkel y Sarkozy no se fían de las Agencias de Calificación .Las bolsas europeas han abierto de nuevo a la baja. El gobernador del Banco Central Europeo, Trichet, al no tomar medidas decepciona a los mercados. El euro ha vuelto a bajar un décima en relación a ayer producto del ataque a la moneda única.

Ayer nos dijeron otra cosa. Miguel Boyer, en un articulo esplendido, escribe que se está haciendo dinero apostando al desastre y añade: “Hay quién está haciendo un buen negocio exagerando el pesimismo, del mismo modo que antes lo hizo exagerando el optimismo. Durará poco: Grecia no quebrará y las especulaciones sobre España son ridículas”.

Por otro lado, el Fiscal General de Estado dice que “ve criminalidad en los ataques especulativos”. Añade, entiende “los ataques especulativos como un forma de criminalidad económica” y reclamó la puesta en marcha de la Fiscalía Europea prevista en el Tratado de Lisboa, con el fin de perseguir estos delitos. Y en la próxima Cumbre Europea se tratará el asunto de las Agencias de Calificación de riesgos y su papel en todo este tiempo.

Y mientras escribo esas líneas se conoce la noticia de que España había salido de la recesión con la subida del 0.1% en el primer trimestre de este año.

Los gobiernos y los responsables políticos que pretenden algún día gobernar, deben atender a los intereses de los ciudadanos y a su país, en lugar de atender los intereses de los mercados, de los inversores y de los especuladores. Los medios de comunicación deben de hacer la misma elección.

Y unos y otros, en lugar de dar con la matraquilla de reformas estructurales, laborales; de pensiones; recortes de gastos sociales etc., que suponen sangre, sudor y lágrimas para las personas, sacrificadas en el altar del mercado, cuando la reforma urgente es la del sistema financiero internacional, y regular los movimientos especulativos que sólo generan ganancias para unos cuantos y desgracia para muchos. Deben, por tanto, elegir y estaremos atentos.

Y en esta disyuntiva es bueno que supiéramos cual es la que eligen los protagonistas políticos y económicos y de los medios de comunicación. Comprobamos que Rajoy y su partido; la derecha mediática -más el antiguo amigo mediático-; la derecha económica; las instituciones monetarias con el Gobernador del Banco de España a la cabeza, han apostado claramente por someter a este país al dictado de los mercados.

El Sr. Rajoy después de la reunión con Zapatero y ante el ataque especulativo que estaba sufriendo la economía española fue incapaz de defenderla, más bien siguió creando dudas. También en ese cometido y ayudando a crear dudas sobre la solvencia de su país, el Sr. Soria dijo: “España está mas cerca de la suspensión de pagos que de crear empleo”.

Las diferencias después de la reunión mantenida entre Zapatero Y Rajoy son sustanciales. El PP propone que la reducción del déficit sea drástica, y el gobierno propone reducirlo más gradualmente para no estrangular la economía y no frenar la posible recuperación, retirando los incentivos fiscales, por ejemplo las ayudas a la compra de coches y otras muchas. Y la otra discrepancia es la relativa a la reforma laboral que el PP quiere que sea ya y por decreto, y el gobierno quiere que sea fruto del acuerdo entre los interlocutores sociales.

Rajoy no necesita llegar a un acuerdo, su cálculo se mide en términos electorales, y sabe que cuanto peor vaya la situación económica mejor para él. Y también sabe que cuenta con toda una artillería mediática que pone a caldo todos los días a Zapatero.

Es evidente para cualquier observador que el patriotismo del que hacen gala todos estos sectores deja mucho que desear, vamos que es de pacotilla. El patriotismo se encuentra en su cartera. Si repasamos los medios de comunicación y las declaraciones de los miembros del PP, parece que se alegran de que nos zurren la badana a base de bien los mercados financieros.

Los mercados actúan en busca de beneficios rápidos y cuantiosos, y como hemos dicho en otra ocasión (véase mi artículo de la ofensiva neoliberal) incluso algunas veces deterioran la economía productiva. En resumidas cuentas nos gobiernan los mercados, no los gobiernos democráticamente elegidos.

Pero el fondo de la cuestión es que, la derecha mediática, económica y política, que sabe esta cuestión, está aprovechando para dar un bocado a los intereses de los trabajadores y de las clases medias a través de recortes de todo tipo, de salario, de condiciones laborales vía contratos y de la contratación colectiva, del adelgazamiento del Estado, vía reducción de funcionarios, reduciendo las inversiones en el Estado de Bienestar, reforma de las pensiones, del empleo, del desempleo, de políticas sociales, etc., siempre en la idea de que quienes sostenga la crisis sean los trabajadores y los sectores menos favorecidos de la sociedad, ahora incluidos en la amplia clase media de España que sufre igualmente.

Cuanto más presionen los mercados más presión pondrá en el gobierno de España para que acometa esas reformas. Si las cosas empeoran y la economía va mal, pues su cálculo es que ganan las elecciones, y si el gobierno de centroizquierda de Zapatero cede a las presiones y hace las reformas que le piden recortando derechos a los trabajadores pues también pierden las elecciones, esta vez por desafección de sus votantes que fundamentalmente son los trabajadores. Todo bien para Rajoy. Para que quiere un acuerdo. No quiere ningún acuerdo ni lo necesita. En cambio ha aprovechado la ocasión para proponerse como alternativa.

El gobierno ha entregado una pieza cual es la reestructuración de la Cajas, la menos costosa en términos sociales. En las demás cuestiones no puede llegar a acuerdos porque, lo más importante, cree en la salida de la crisis sin coste social, manteniendo el modelo social europeo y no ayudando al avance del neoliberalismo en Europa. Aquí hay que alabar de nuevo a Zapatero, que está resistiendo muy bien toda la presión del fuego enemigo y también del fuego de la prensa y radio amiga, aunque cada vez menos amiga.

Eduardo González

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