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¿Coalición Canaria en Gran Canaria?

José Carlos Gil Marín / José Carlos Gil Marín

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El problema de Coalición Canaria en Gran Canaria no es su mayor o menor fortaleza orgánica intrapartidista en la confederación nacionalista de la que forma parte, sino el peso real social y electoral que tiene en la isla de Gran Canaria. Hay un refrán castellano que nos dice: “Donde las dan, las toman”. Pues bien, es el caso de Coalición Canaria en Gran Canaria y el actual sistema electoral vigente. Si Coalición Canaria lo disfruta globalmente, la misma Coalición Canaria lo padece en Gran Canaria. Y lo padece como resultado de una excisión: la de Nueva Canarias, producida ante el no cumplimiento interno en 2007 de aquella guerra de la alternancia, aquella ley no escrita de la que ya nadie se acuerda en la formación nacionalista de Coalición Canaria en Gran Canaria.

Román Rodríguez quería en 2007 suceder a Adán Martín, pero Paulino Rivero ya era Presidente de Coalición Canaria, y pasó lo que pasó. Ni siquiera en la izquierdista Asamblea Majorera, aún en Coalición Canaria, se acuerda alguien ya de la alternancia?

Y el hecho es así en Gran Canaria porque en verdad Coalición Canaria es la evolución parlamentaria forzada de partidos insularistas que se configuraron en todas las islas menos en la isla cocapitalina. Surgieron en su momento fenómenos sociológicos relevantes de canariedad grancanaria como la Orden del Cachorro Canario, pero no tuvo el insularismo político un peso relevante en las décadas de los 80 y de los 90 del pasado siglo XX. Y lo que no existe sociológicamente no se puede inventar electoralmente de la nada. De ahí que no creemos que afecte para nada al mapa electoral grancanario en 2011 el mayor o menor número de consejeros grancanarios en el gobierno minoritario nacionalinsularista de Coalición Canaria. Las Agrupaciones Independientes de Canarias no tuvieron su peso equilibrado en Gran Canaria, pues agrupaciones como IGC o AIGRANC se quedaron en insuficientes concreciones de un fenómeno político nacido en Tenerife, precisamente, como reacción al pleito insular.

En Gran Canaria en 2007 Nueva Canarias obtiene más de 46.000 votos, lo que supone el 24% de los votos escrutados en la isla. Nueva Canarias no entra en el Parlamento por lo injusto del sistema, pero Coalición Canaria apenas superaba los 20.000 votos, obteniendo tan sólo un diputado autonómico.

En las elecciones generales de 2008 Coalición Canaria de Gran Canaria apenas llegó al 1,98% de los votos escrutados en la provincia de Las Palmas de Gran Canaria.

En las elecciones europeas de 2009 apenas superó el 8% de los votos de la provincia de Las Palmas de Gran Canaria.

Las aventuras de técnicos universitarios o de políticos locales importados de forma más o menos inducida a la política diaria de la organización no han dado tampoco los resultados apetecidos. Por eso el extrapolar lo orgánico a lo electoral tampoco puede que dé resultado positivo alguno. Y una formación que se dice de gobierno no puede dejar de lado a una de las dos principales circunscripciones existentes. Si hubiese una circunscripción única regional de 60 diputados, y los cabildos se constituyesen en la representación efectiva de la isla en la Comunidad Autónoma, otra cosa sería. Pero una cosa es el deseo y otra la realidad. Por eso ninguna formación política, con el sistema actual, puede renunciar a Tenerife o a Gran Canaria. Nos guste o no nos guste, los votos canarios no valen lo mismo, pero tampoco pesan lo mismo. Y Coalición Canaria en Gran Canaria debería saberlo.

La fusión con Nueva Canarias podría ser el camino del renacimiento nacionalista, junto con una nueva forma de hacer política por parte de todos, podría ser, pero para esa fusión, ese nuevo proyecto y esa nueva forma de hacer política aún falta mucho en el día a día del nacionalismo insularista canario y grancanario.

Puede que en 2011 un sector del electorado de Coalición Canaria en las elecciones autonómicas vote al Partido Popular, y otro vote al Partido Socialista. Puede que también parte de sus votantes se sumen a la abstención crítica, al proyecto Nueva Canarias-Centro Canario (CCN), o a algún nuevo partido independentista o autodeterminista que aún desconozcamos.

Pero ningún partido político de Canarias puede desconocer a ninguna de las dos islas cocapitalinas si en verdad aspira a ganar las elecciones autonómicas de 2011.

No hay ninguna fórmula matemática que nos diga cómo ganar unas elecciones, pero sí que hay fórmulas matemáticas que nos digan cómo perderlas. Coalición Canaria en Gran Canaria debería cambiar las variables de sus ecuaciones, si no quiere ver de nuevo y en 2011 un pedagógico “le hace falta mejorar”.

José Carlos Gil Marín

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