Comunismo o comisión

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Todos estábamos esperando que estallara el miércoles la guerra en Ucrania y al final nos estalló en la cara la guerra interna, doméstica y nacional del Partido Popular con un agrio enfrentamiento entre el presidente del partido y la presidenta de la Comunidad de Madrid a cuenta de un sospechoso contrato con tratamiento de favor al hermano de Isabel Natividad al estilo rancio y antiguo de Alfonso Guerra y su hermano Juan cuando despachaba sus negocios de intermediario en la Delegación del Gobierno en Sevilla como Pedro por su casa. En este caso como Juan por su casa.  

El mundo entero había contenido la respiración para ver si efectivamente la fecha adelantada por Estados Unidos para la invasión de Rusia en Ucrania iba a ser refrendada o no este miércoles pero no pasó nada hasta el jueves: la bomba atómica en el seno de Génova y la Puerta del Sol y los bombardeos en el este de Ucrania. Como éramos pocos parió la abuela. 

Los dos sectores del PP han sacado los machetes. Casado acusa a Ayuso de trato de favor a su hermano para que la empresa de un amigo se llevara un contrato de más de un millón y medio de euros en mascarillas. Contrato al que supuestamente el hermanísimo sacó una pintoresca y abundante comisión. En lo único que coinciden Casado y Ayuso es en el próximo lema de campaña del Partido Popular: comunismo o comisiones. Pero no obreras sino capitalistas. 

Por su parte, Ayuso acusa a Casado de haberla espiado y de hacerle la vida imposible para no acceder a la presidencia del PP madrileño. La (in)competencia entre los dos políticos populares ha ido in crescendo hasta el punto de que ha estallado en mil pedazos tras las elecciones en Castilla y León, que al parecer no han contentado a nadie, ni a los vencedores ni por supuesto a los vencidos. 

Ayuso dice que Casado le informó que el dossier contra ella se lo pasó la Moncloa, algo que parece realmente inverosímil, increíble por no decir irrisorio. Casado lo ha desmentido. Si Pedro Sánchez llega a tener en sus manos un informe tan demoledor contra Ayuso no se lo iba a regalar a su máximo adversario sino que en todo caso al PSOE madrileño, que podría haberlo utilizado en contra de la antigua responsable del Twitter del perro de Esperanza Aguirre. 

Al final no va a tener razón el presidente de Vox cuando se refiere al PP como la derechita cobarde. Más que derechita cobarde está demostrando ser la derechita cainita y caníbal. 

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