Una opinión respetable si no fuera porque cuando él estaba en el Gobierno, Aznar recabó esos apoyos empresariales y sindicales para el pacto antiterrorista. Dado que Rajoy exige explicaciones, debería ofrecer él alguna sobre sus contradicciones. Porque lo fue que, a las pocas semanas de ridiculizar la propuesta de pacto antiterrrorista de Zapatero, se apresurara Aznar a firmarlo; como lo es que ahora invoque ese pacto antiterrorista hasta en sus oraciones antes de irse a la cama; o como lo es, también, que considere ''disparatada'' la llamada a sindicatos y empresarios contra el terrorismo cuando eso mismo, como digo, hizo Aznar en su día. No entiendo la razón de que aquellas decisiones de Aznar que él compartiera sean hoy disparadas. O lo entiendo demasiado.A lo mejor no estaba entonces de acuerdo con Aznar y sólo al verse de supremo mandatario y dos piedras del PP se ha atrevido a llevarle la contraria. Será de esos gallegos que te tropiezas en medio de una escalera y nunca sabes si sube o es que baja. Les dije el otro día que al desgaste de Zapatero se corresponde el no menor de Rajoy. Ha estirado demasiado la cuerda. Su estrategia de exageraciones, mentiras, insultos y calumnias, según el modelo 1936 de la derecha no acaba de encajar, si bien ha dejado claro que Rajoy no es el centrista moderado que creíamos.Uno de los indicios del desgaste de Rajoy es que no lo perdonan quienes se aterrorizaron de buena fe con sus profecías apocalípticas, iniciadas en la misma sesión de investidura de Zapatero. No se ha producido el hundimiento económico que anunciara, tampoco se ha roto España y han mejorado las relaciones con los partidos nacionalistas, incluso con los más coñazos. Al no ocurrir nada de lo que vaticinó, sino más bien lo contrario, no le quedó otra baza que la de ETA. Y tanto le alarmó que Zapatero pudiera tener éxito con el proceso de paz que lanzó sus huestes a reventarlo de la peor de las maneras.El debate del lunes pasado culminó esa estrategia, si es verdad que todos los grupos políticos se han plantado al PP negándose a debatir de nuevo sobre ETA como pretende Rajoy, inasequible al desaliento. Están, como si dijéramos, hartos de despropósitos y del espectáculo nada edificante que ofrecieron en el pleno extraordinario último al que los arrastró el PP. Dicen que es importante que el PP no se quede fuera. Cosa que no dudo pero eso de que dos no se pelean si uno no quiere vale al revés. Dijo Rajoy que no le importa quedarse solo. O sea, que se le puede dejar sin mayores remordimientos. Y además contará el domingo con otro artículo de adhesión inquebrantable de Soria.