El grancanario de oro por Carmelo Ramírez Marrero

Sin embargo no han faltado, tampoco, los que de alguna forma no han apreciado tal gesta como se merece. Para algunos del ámbito deportivo, está muy bien lo conseguido por Enhamed, pero hombre “nada tiene que ver con los registros conseguidos en las Olimpiadas por los mal llamados normales”. Para otros, pertenecientes a ésta sociedad canaria en la que nos movemos cada día, se pone en tela de juicio “la canariedad” de unos apellidos que responden a los nombres de Enhamed Yahdid.

En ambos planteamientos entendemos que el problema de fondo viene a ser el mismo. Nos cuesta aceptar “la diversidad”. Nos cuesta valorar “a los que no son iguales que nosotros”. Se supervalora a unos colectivos humanos sobre otros que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad y cuando no de marginación.

La gesta de Enhamed que nos llena de felicidad y orgullo a todos, nos ha puesto de manifiesto varias cosas. Primero, que como deportista y como persona humana es todo un campeón del mundo. Con los que se encuentran en sus mismas circunstancias, es decir con los que padecen ceguera total, es el mejor nadador del mundo. Segundo, con su gesta ha logrado que los caminos de integración social y deportiva sean una esperanza para muchas personas que sufren el rechazo, la xenofobia o la vergüenza.

Este grancanario-saharaui o saharaui-grancanario, todo un campeón del mundo, representa la victoria de la claridad sobre la oscuridad, de la integración sobre la mezquindad. Representa una esperanza para todos los que teniendo ojos para ver, están ciegos para negar el derecho de los que desean integrarse con los demás.

Enhorabuena y gracias, campeón

Consejero de Cooperación Institucional y Solidaridad Internacional del Cabildo de Gran Canaria

Carmelo Ramírez Marrero*