El griego

Esas son las principales medidas que se aplicarán en un país al que se quiere ayudar. El plan de ajuste de Grecia es similar al griego como posición sexual: uno da y otro recibe. Le duele al que recibe.El primer ministro dice “estos sacrificios nos darán espacio para respirar”, sólo le faltó gritar: “tranquilos, queridos compatriotas, que el recorte no afectará a la vaselina, habrá para todos”.

Uno se pregunta quién se quedará los 110.000 millones de euros que le van a dar a Grecia. Porque si suben los impuestos indirectos que afectan a todo el mundo, les recortan las pensiones a los jubilados, bajan los sueldos de los funcionarios. Si la mayoría de la población, la clase trabajadora, pagará más, cobrará menos y se tendrá que jubilar más tarde. ¿A dónde va la pasta? Una primera pista: el sector financiero recibirá una inyección de 17.000 millones de euros. La ministra española de economía dio otras pistas: decidieron aumentar la ayuda prevista “con el objetivo de salvar a Grecia de la quiebra, calmar a los mercados y restaurar la estabilidad en la eurozona”.

Parece que la receta que aplican a los griegos es la vieja fórmula neoliberal que han estado aplicando el FMI y el BM en las últimas décadas: vender empresas públicas (las que sean rentables, claro), recortar las pensiones, se eliminará la prohibición de despedir a más del 2% de la plantilla en un mes y se rebajarán las indemnizaciones por despido. Calmar a los mercados a costa de matar de nervios y miseria a la mayoría de la población. Esta fórmula ya la aplicaron en las últimas décadas en paises de África, Asia y América Latina. Lo describe con rigor y precisión el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz en su libro “El malestar de la globalización”. El economista norteamericano fue vicepresidente del Banco Mundial, conoce a la bestia por dentro . En su libro demuestra que muchos de sus planes de ajuste fueron trasladados de unos países a otros, bajo la universal y gandula fórmula del “corta y pega”, sin estudios previos. Según Stiglitz detrás de esos planes había más ideología (neoliberal) que criterios técnicos.Tampoco se alude en el plan de rescate de Grecia a ningún plan contra la corrupción, un autentico mal endémico de los gobiernos griegos que parece que no preocupa al FMI y la Unión Europea.

A mí este rescate de Grecia me suena a lo mismo. Me llama la atención, por ejemplo, que cuando se habla del déficit público griego no se mencionen los gastos militares. Grecia pertenece a la OTAN y tiene uno de los presupuestos militares más altos de Europa en relación a su PIB. Hace apenas un mes la BBC informaba de las negociaciones de Alemania y Francia (países muy activos en este plan de rescate) para venderle al gobierno de Papandreu submarinos alemanes y fragatas francesas por un importe que supera los 6.000 millones de dólares. Con ese dinero se podrían evitar los recortes de las pensiones o la subida de algunos impuestos.

Pero parece que ni la industria militar y ni su asociación hermana (la OTAN) están dispuestas a sacrificar sus beneficios. Los sacrificios serán para los trabajadores, los despedidos y los pensionistas griegos. Así funciona este sistema económico. Algunos sindicatos griegos anuncian movilizaciones. Quizá sea demasiado tarde. Como decíamos al principio el plan de ajuste se parece mucho al griego, la postura sexual. Al principio duele, pero quién sabe si al final, a base de vaselina con forma de propaganda mediática y gubernamental, el dolor se transformará en gustito.

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Juan García Luján