¡Hombre, Pepe…!

Ahora, el célebre pintor me sorprende ?no sé si a ustedes; a mí sí? quejándose porque el ayuntamiento de su pueblo no le ayuda a terminar su proyecto de homenaje al Dedo de Dios, aquel Roque partido que desgraciadamente terminó de partir el Delta, hace un par de años.

¡Hombre, Pepe?! Deberías aclarar a la afición si lo que pretendes es que el municipio te eche una mano costeándote los materiales y hasta el tiempo que emplees en la obra o si lo que quieres es cobrar un pastón por el monumento, porque son dos cuestiones distintas que los políticos encargados del patrimonio cultural y de los dineros de la bella localidad marinera tendrían que contemplar con distintas perspectivas. O sea, no estaría de más que dejaras picadito y bien menudo que si estás dolido es porque no te apoyan en una iniciativa en la que te has embarcado por amor a Agaete y no porque no vas a sacar a la pasta que pensabas te iban a aflojar en cuanto les planteases la idea. Evitarías suspicacias. Ya sabes que la gente es muy ruinita y todas esas cosas?

Por mi parte, que conste, no dudo en absoluto ni de tus intenciones ni del valor artístico de tu proyecto, que con toda seguridad cumpliría a la perfección su función como recordatorio permanente de lo que fue un símbolo de la naturaleza grancanaria. Pero, tú comprenderás? En esta tierra, como habrás comprobado tú mismo infinidad de veces al recorrer las islas del Archipiélago y todos sus municipios, que conoces al dedillo, porque amas los peñascos todos y te los has pateado a conciencia, no suele ser habitual que el equipo de gobierno de un municipio costee una escultura o un monumento de un artista local, que le remunere su trabajo muy por encima de su valor objetivo y que lo plante en medio de una plaza, en el centro de una rotonda o en el borde de una alameda o paseo como muestra indeleble del mal gusto de los ediles de turno. Eso sería emplear caprichosamente y con una suerte de nepotismo incluso los fondos públicos.

Como tales situaciones no se producen y aquí los ayuntamientos jamás priman a los artistas plásticos afines al partido en el poder o a los sobrinos con ínfulas escultóricas de algún concejal, lo tienes crudo. Frente a la seriedad con que los encargados de los euros municipales distribuyen los dineros, no va a quedarte más remedio que recurrir a la paciencia, Pepe. Que Dios te la conceda.

José H. Chela