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Me llamo Shakine Ashtiani
El tribunal lo formaban cinco jueces. Dos se opusieron a la condena, dijeron que no había pruebas del adulterio y recordaron que ya me habían condenado a flagelación. Los otros tres me declararon culpable. El presidente del tribunal se acogió al principio del “conocimiento del juez”, según la legislación de mi país ante la falta de pruebas es suficiente que el presidente del tribunal manifieste que tiene conocimiento del delito.
Mi abogado recurrió la sentencia. El Tribunal Supremo confirmó la condena a muerte por adulterio el 27 de mayo de 2007. Afortunadamente el mundo se enteró de esta noticia y comenzó una campaña internacional para presionar al gobierno de mi país, para que no se cumpla la sentencia, para evitar mi lapidación. Ante el aumento de la presión internacional el pasado 4 de agosto el Tribunal Supremo comenzó una revisión de mi caso. No puedo contar los malos tratos ni los golpes que he recibido, no puedo hablar de las amenazas sobre la vida de mis hijos y de mi familia. Perdí la pista de mi abogado, nadie me ha contado las amenazas y presiones que él sufrió. Tampoco me han hablado de los dos periodistas alemanes que fueron detenidos por intentar entrevistarme.
Sin embargo sí me dejaron hablar delante de una cámara de televisión. Justo la semana que comenzó a revisarse mi caso en el Tribunal Supremo la televisión pública iraní mandó unas cámaras a la prisión de Tabriz. No puedo contar que las horas que precedieron la llegada de las cámaras de televisión fueron terribles, no puedo hablar de los golpes que sufrí, de las amenazas a mi familia, del terror que entró en mi cuerpo. Ustedes conocen el resultado, dicen que cuando la televisión iraní enfocó mi rostro conté que estoy implicada en el asesinato de mi marido.
Debe ser que la presión internacional ha seguido. El 9 de septiembre de este año suspendieron la ejecución por lapidación. Cambiaron la fecha y anunciaron que me van a ejecutar en la horca. Dicen que eso es más civilizado. Pusieron la fecha del 3 de noviembre. Desde hace una semana mi rostro está apareciendo en muchos periódicos del mundo. En los de Irán no. En esta triste prisión no me dicen qué fecha pone en el calendario. A lo mejor tú lo sabes. No sé si ya fue el 3 de noviembre, si lo será mañana. No sé dónde están mis hijos, ni el resto de mi familia?
Realmente no sé si estoy viva o muerta. Desconozco si la horca apretó ya mi cuello hasta asfixiarme o si me enterraron con piedras y ahora vivo una alucinación. Ni siquiera sé si me llamo Shakine Mohamadi Ashtiani. A lo mejor a ti te va mejor. Quizás sabes tu nombre. Tal vez tienes ordenador y puedes entrar en la página de Amnistía Internacional donde se puede firmar para salvar mi vida. Dicen que más de 84.000 personas ya pusieron su nombre y su firma para apoyarme. A lo mejor estoy viva todavía, y quizá tú también estás vivo y eres una de esas personas.
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Juan GarcÃa Luján
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